3Consuelo
Creo que nunca se me cruzó por la cabeza el compartir espacio con un chico tan fresa como lo era Matteo Balsano. Que, además, era un mujeriego. ¡Él estaba de novio con Ámbar, y aún así le coqueteaba a Luna! ¡A mi amiga!
Pero trabajar en el Jam and Roller traía más beneficios que consecuencias, como, por ejemplo, participar de la competencia de patinaje con tu mejor amiga o tocar en la cafetería cada día.
Aunque, reitero, siempre habrá algo malo entre todo lo bueno, y yo tuve la desgracia de que eso tuviera nombre y apellido...
—Guitarrista —me llamó Matteo. Desde el día del primer Open del año, había puesto ese apodo; aunque no lo entiendo porque no es nada hiriente que me diga que sé tocar la guitarra—, un licuado de maracuyá y uno de frutilla… O de fresa, como vos y tu linda amiga le dicen.
Dijo que Luna era linda. Iba a matarlo.
Bufé y me volteé para localizar a Nico con la mirada.
—¡Eh, Nico! ¡Alerta M.O.B!
—¡¿Otra vez?! Simón, matate.
La alerta M.O.B (Matteo Odioso Balsano) era un código que Nico, Pedro y yo utilizábamos en las ocasiones en las cuales Matteo se acercaba a la barra a pedir algo. Así que el que estaba de turno podía ser reemplazado por alguno de los otros dos. El problema era que Pedro, a causa de las anginas, no había venido a trabajar; y yo estuve atendiendo la barra todo el día porque Nico era el encargado de arreglar las cosas para el Open Music (¿Pueden creer que Luna y yo pasamos a la siguiente fase?). Lo que pasa es que ese puto fresa nos quería fastidiar, y entonces venía a pedirnos malteadas (bueno, licuados) todo el tiempo. Yo solo tenía en mente que le explotara la vejiga de tanto beber.
—No, no, no. Esta vez no te me escapás, guitarrista. Tu amada Lunita precisa que seas tú quien nos lleve los licuados a nuestra mesa. Estamos en una cita; no lo arruines, ¿sí? —Nos guiñó el ojo y se fue caminando hacia la mesa del fondo, donde Luna esperaba de brazos cruzados.¿Cita? No parecía.
Estaba que explotaba de ira; Nico lo notó, por lo que puso su mano en mi hombro y le dio un leve apretón.
—Amigo, tranquilizate —dijo—. Voy yo, si querés: no tengo drama.
—Neta que gracias, Nico, pero no… Tengo una idea.
Agarré las dos malteadas (¡Simón, que es licuados!) y me acerqué a la mesa en la que estaban Luna y Matteo. Él la estaba acosando nivel psicópata y ella tamborileaba los dedos contra su regazo: se notaba exasperada.
—Dale, Chica Delivery. Vamos…
—Dos m... licuados —interrumpí, apretando los dientes—: uno de maracuyá, para la niña despistada de aquí… —Posé suavemente el licuado en frente de Luna, que soltó una tierna risilla—… y uno de… ¡Fresa, como los mexicanos le decimos!
Entonces, "accidentalmente", boté todo el contenido sobre el cabello y la costosa ropa de mi adversario. Él cerró los ojos fuertemente, y Luna estalló en carcajadas. Yo mantenía mi boca abierta en signo de falso asombro para no reírme como ella lo hacía.—¡Uh, lo siento, Fresita! Digo… ¡Matteo Fresano! ¡Balsano!
Ahora la atención de la cafetería entera estaba en nosotros, y entonces todos se empezaron a desternillar de risa al ver al Rey de la Pista cubierto de malt… LICUADO.
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VERANO⇝ Lumón [#WarriorsAwards2016]
FanfictionNos conocimos volando sobre nuestros patines, a toda velocidad, con el viento en nuestras caras. Nos conocimos en verano, en Cancún, cuando nuestro único sueño era seguir así para toda la vida. Nos conocimos en verano.