Al hacernos falta el aliento y las ansias desesperadas de volver a hacer funcionar nuestro sistema respiratorio, nos separamos, al cabo de tan sólo unos fugaces segundos. Intenté bajar la mirada, ya que fue algo inesperado y a la vez no consentido, al menos, de mi parte.
Lo observé. Estaba sonrojado, se veía incluso el ardor de sus mejillas bajo el antifaz que le cubría gran parte del contorno de los ojos. Se veía emocionado, incluso se cubría levemente con ambas manos. De pronto comenzó a emitir una extraña mezcla de llanto y risa nerviosa..
-Perdón My Lady, no pude evitarlo.
La temperatura corporal se centró en mi rostro, parecía que el rojo vivo del traje de Ladybug se mezclaba con lo que quedaba visible de mi cuerpo.
Entonces me molesté, y bastante. Con aquel sentimiento, en forma de nudo en el estómago que subía leve pero firmemente por la garganta, está mi ira. Pero, ¿por qué? La respuesta era más que obvia, había mostrado parte de mi que deseaba guardar muy en lo profundo del inconciente. Me levanté del lugar donde me había tendido y caminé dándole la espalda.
Le oí decir algo aunque no lo percibí del todo. Seguido intentó tomar mi mano, lo cual rechacé, obviamente.
-Gato tonto, tus juegos deben tener límite, suelo soportarlos casi a diario pero hoy te excediste.
-No quería lastimarte. Ladybug, yo de verdad... - Le interrumpí.
-No sigas, si llego a odiarte será más difícil ser compañeros.
-No me rechaces, sólo quería ayudarte... por lo que dijiste... creí que lo necesitabas.
-Cuando una persona cercana a ti se encuentra mal no vas y lo besas así nada más, ¿o a caso así son las cosas en el lugar de donde vienes? - No le dejé responder de manera alguna. - Pues donde y como fui criada, no se permiten tale cosas, pues existen los conceptos de espacio personal y rectificación de sentimientos, no es correcto besar a alguien que en realidad no corresponde a ti.
Sabía bien que eran palabras hirientes para cualquier ser humano, pero sólo así podría alejarlo el tiempo que fuera necesario para que ambos olvidáramos. Él, la debilidad que mostré, y yo por tal descuido. Lo cual me limitaba a referirme como un mero descontrol de recuerdo al fingir el llanto.
El día terminó y volví a casa, completamente agotada, entrando a la panadería con el traje de Ladybug aún puesto. Vaya descuido adicional.
En un principio no supe que decir, pero la serenidad de la lluvia primaveral que tanto amaba se escuchó vacía en mi cabeza. A lo que pude dar las explicaciones correspondientes sin problemas. Busqué un lugar seguro y deshice la transformación.
Un brillate resplandor con tonalidad rojiza me cubrió, al instante en que Tikki cayó en mis manos.
Desde entonces hasta las 4 pm del día sigueinte, no cruzamos palabras. Momento en que hable con Alya en un lugar cualquiera de la escuela.
-Marinette, ¿qué ocurre? - Dijo animada.
No sabía como explicarle bien del todo lo sucedido. Así que no quedó más que recurrir a la vieja estrategia de un supuesto cercano en busca de consejo. Pero por más que intentaba hablar disimuladamente, veía con facilidad a través de mis predecibles y vanales palabras.
-¿No confías en que es una amiga la que está pasando por esta situación?
-Lo creo y a la vez no.
-¿Puedo saber por qué?
-Es sencillo ya que en parte es similar a ti, pero a la vez es muy diferente. Deducción simple amiga. Ya que poseen sentimientos similares pero la manera en que los expresan son muy opuestas. Es como si hubiera dos de ti, que en el fondo son una pero sería muy difícil de reconocer esa división.
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Un Trébol De Cuatro Hojas
FanfictionLas cosas seguían como siempre, a veces un villano, un ladrón o hasta un gatito en un árbol. Paris era tranquila como lo había sido hasta el momento. Pero en ocasiones el destino nos hace probar algo nuevo, a veces los triángulos amorosos se vuelven...