Nada había cambiado del día anterior, o del anterior a ese o antes de aquel. Era un día como todos los demás, sin novedades ni imprevistos. El sol brillaba en lo alto del cielo, casi cegándome por completo al verlo repentinamente a través de la delgada seda en mi ventana. Estiré cada articulación, escuchándose el ruido de cada hueso mientras lo hacía, la batalla de la noche anterior había sido bastante dura en comparación a otras y mi fiel compañero sólo fue de utilidad brevemente como carnada para atrapar al villano. Con el paso del tiempo éstas situaciones se volvían más comunes llegando al punto de pensar que el destino de la humanidad que se supone debemos proteger, se vuelve más oscuro, traicionero y doloroso. Un ruido se escuchó desde abajo, probablemente mi madre, aunque no le oía con claridad.
-¿Mamá? - Grité sin obtener respuesta. Tal vez resultaría más conveniente acudir a su posible llamado.
Bajaba las escaleras y Tikki se cruzó en mi camino, provocando mi caída.
-Lo siento Marinette. - Le escuché decir.
Y nuevamente mi madre habló, de seguro exhaltada por el fuerte ruido de mi peso estrellándose con el piso de la habitación.
-¿Marinette, estás bien hija?
-Si mamá, no es nada, no te preocupes, ya bajo.
-Apresúrate, ya es tarde.
Y en efecto, al observar el móvil que había cogido al despertar, ya estaba más que retrasada, por suerte, la escuela estaba a tan sólo unos pasos.
-¿Marinette recordaste que tienes exámen? - Tikki parecía mirarme como esas amigas que en ocasiones tienen complejo de madre.
-¡Rayos! Lo había olvidado.
-¡Date prisa! Ya deben haber comenzado.
-Ni siquiera es seguro, la maestra solo dijo que estuvieramos preparados.
-Aún así deberías estar en clases.
-Lo estaría si me hubieras despertado, catarina acapara galletas.
-¡Oye!
-Lo siento, no pude evitarlo, es que en verdad comiste como si no hubiera mañana.
-Estaba cansada.
-Lo sé, lo de ayer fue agotador, además ese gato apenas si nos ayudó, a veces creo que con sólo Ladybug es suficiente.
-Marinette...
-¿Si Tikki?
-La hora. - Se posó sobre el móvil dejando ver los números que habían avanzado más de 5 minutos.
-¡ES TARDE! - Grité y me puse en marcha. Apenas si alcanzó tiempo para una rápida ducha y algo de arreglo general.
-Tikki, rápido. - Mi pequeña amiga estaba a salvo en el delicado bolso que había adecuado para que su compañía durante el día no resultara incómoda para ella. Después de todo, el mal ataca a cualquier hora y en cualquier lugar.
Corrí a toda prisa a la escuela, cuando cruzé la puerta principal y lo ví a lo lejos, con esos perfectos rizos, y su sonrisa y sus ojos y su aura, su todo, ya incluso parecía que se formaban en mis ojos, corazones en lugar de las habituales pupilas humanas.
-¡CUIDADO!
No alcanzé a reaccionar cuando me encontraba en el suelo, con la vista completamente al revés. Cualquiera en el intento de un mal chiste diría: "tú pones mi mundo de cabeza", pero esto ya era excesivo.
Avergonzada, sólo quería esconderme bajo una roca cualquiera o hasta desaparecer. Entonces ví su sonrisa, su perfecta sonrisa, no sólo de modelo hijo de un famoso diseñador que además resultaba mi inspiración hacia la moda sino la expresión de agrado de un ser humano completamente amable y de buen corazón que desde el primer día, por tales características terminó ganándose mi corazón incondicionalmente.
Ya estaban ingresando al salón, debía correr aún con más fuerzas soportando el ardor en mis mejillas o mas bien mi rostro en general por lo sucedido hace unos instantes.
-Marinette, tardé en llegar al salón justamente para evitar esta clase de situaciones. - Parecía molesta.
-Lo siento, maestra.
-Que no se vuelva a repetir. - Suspiró - Bien, ¿recuerdan que les dije que en cualquier momento habría un exámen? Pues éste es ese momento.
El sonido a modo de reproche se escuchó por todos lados, con cierto toque de cansancio y un notorio desapruebo. Y entonces abrió la boca aquel ser despreciable con cabeza y pelo de escoba.
-Maestra, esto no es justo, necesito de la preparación de al menos un día antes para mentalizarme en hacer un exámen. - Alegó Chloe.
-Silencio, el exámen no será postergado... pero en vista de sus expresiones supongo que puedo ayudarlos un poco. - Sonrió - ¿Les parece si complementan sus conocimientos con un compañero?
La aceptación fue inmediata.
Sin embargo la elección de aquellos compañeros no fue lo que se esperaba, sino un infernal sorteo en donde la peor de las probabilidades no salía aún. Como si el destino quisiera hacerme sufrir. Al acercarme a la caja que contenía los nombres de los alumnos restantes mis manos temblaban ansiando no sólo estar con mi mejor amiga o el chico que me gusta sino además evitando a la bruja de la clase.
-Y bien Marinette, ¿quién es tu compañero?
Al pronunciar su nombre, jamás respondió. Fue cuando notamos que no estaba.
-Sabía que nadie te querría como compañera, pero esto es absurdo. - Se burló Chloe.
La gentil mano de Alya se posó en mi hombro.
-Créeme que preferiría estar sola.
-¿Por qué dices eso?, ¿quién es tu compañero?
-No siempre tienes la peor de las suertes amiga. - Dijo al tiempo que me daba unos leves golpecitos en la espalda. - Estoy con Chloe, tal vez te nos puedas unir, le preguntaré a la maestra, espera aquí.
-¿Marinette? - Volteé sin cuidado.
-¡¡Adrien!! - Mi voz temblaba al tiempo que mis pupilas no podían permanecer quietas.
-Hablamos con la maestra y dijo que podías unirte a nuestro grupo, bueno... eso si quieres.
-Claro me encantas... q-quiero decir me encantaría - Corregí rápidamente - quiero decir... eh... ¿si?
Rápidamente miré a Alya quien observaba detenidamente la cómica escena. De seguro esperaba que estuvieramos juntas para soportar la pesada molestia de Chloe. Pero por más que deseara ayudarla, también quería estar con Adrien, era una gran oportunidad, como podría dejarla pasar. No lo sé, en verdad no lo sé. Alya, ayúdame. La miré y de inmediato pareció leer mis pensamientos.
"¿Me das permiso?" decía mi rostro al momento que el suyo expresó una risa cariñosa y su aprobación.
Por dentro gritaba como fangirl con mucho material del que poder disfrutar.
-A partir de ahora, tienen exactamente 45 minutos para el exámen de álgebra. - La profesora daba inicio a la cuenta regresiva.
Solía ser buena en matemáticas, ya que frecuentemente utilizaba números a la hora de realizar mis diseños. Pero tristemente los nervios siempre me traicionaban en casos como este. Al mirar a un lado, encontré su bella sonrisa con esos ojos más verdes que el prado más amplio y desbordante de perfección. Mas que alentarme a seguir, a dejar atrás a la temblorosa de Marinette, me decían que no podía defraudarlo, sus calificaciones eran perfectas, no podía dejar que su amabilidad fuera derrochada en una inútil. Adrien, mi esfuerzo va por ti.
Pasado el tiempo, el exámen terminó sin problemas. Corrí hacia Alya, para abrazarla por su enorme sacrificio además de poder desahogar todos esos gritos internos de hacia solo unos minutos.
Pero como antes dije, el mal no tiene horario, ni lugar, ni fecha.
Una figura cruzó rápidamente el cielo descubierto de la escuela, todos sabían lo que significaba. Al ver el noticiero en uno de los monitores de los pasillos, enfocado estaba, el nuevo villano.
Corrí a un lugar seguro, después de todo, era mi trabajo.
¡Tikki, Transfórmame!
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Un Trébol De Cuatro Hojas
FanficLas cosas seguían como siempre, a veces un villano, un ladrón o hasta un gatito en un árbol. Paris era tranquila como lo había sido hasta el momento. Pero en ocasiones el destino nos hace probar algo nuevo, a veces los triángulos amorosos se vuelven...