Final

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—¡Deja de besarme! —Grite apartándome de él de golpe. Frunció el ceño y se metió dentro de su casa.

Suspiré cansada y comencé a andar hacia la puerta dispuesta a llamar a su apartamento y dejar todo en claro. Abrí la puerta y si no llega a ser porque pare en seco, me hubiera caído sobre él.

—Voy a entrar —Abrí la boca para quejarme, pero antes de que tan siquiera una palabra saliera de esta, me aparto hacia un lado y entro como si nada. Di un fuerte suspiro mientras cerraba la puerta, me siento completamente frustrada. Me giré y di unos pasos hasta el salón.

Estaba de pie con los brazos cruzados y cara de pocos amigos, una de las pocas expresiones que he podido ver en él, idiota inexpresivo.

—¿Qué se supone que vienes a hacer a mi apartamento? ¿Cruzarte de brazos e intentar fulminarme con la mirada? —Resoplo molesto.

—No, te quejas continuamente ¿Qué se supone que quieres?

—Que seas un vecino normal y no me vengas a besar así porque sí, que me dejes tranquila —Vi como su mandíbula se tensaba.

No dijo nada, solo asintió levemente y se fue de mi apartamento. Apreté los labios con fuerza y me senté en el sofá enfadada. Por el enfado dije algo que en verdad no quería...

***

Termine de guardas mis cosas en la última caja, los dormitorios de la universidad ya volvían a ser habitables y por fin podría volver a mi vida de antes. Me senté recostada sobre la caja y cerré los ojos. No quiero irme, no al menos estando a si con él. Me levante del suelo e intente coger la caja.

—Tiene que ser una broma, otra vez no —Comencé a intentar levantarla de todas las maneras que se me ocurrían, pero no había forma. Es como si tuviera una vaca de quinientos kilos dentro—¡Mierda! —Grite enfadada. Un par de segundos después escuche una puerta y una cabeza de conejo asomar por la mía—Hola...

—¿Qué haces? —Pregunto como si nada desde la puerta. ¿Cómo podía siempre hacer eso? Como si nada pasara, habla tan normal, me gustaría ser capaz de hacer eso.

—Vuelvo a donde vivía antes y esta caja pesa mucho, no puedo bajarla —Se dio la vuelta y se fue.

Suspire y volví a intentar algo que, claramente no conseguiría. De repente unas manos aparecieron al otro lado de la caja, levante la cabeza, y ahí estaba ayudándome una vez más con una caja, esta vez sin la cabeza de conejo. Él bajo hasta la furgoneta y la metió dentro.

Me monte en el lado del conductor y simplemente mire como volvía dentro del edificio sin siquiera decirme adiós. Apoye la cabeza en el volante y deje que las lágrimas comenzaran a caer por mis mejillas. Quería que al menos me dijera adiós, quería que fuéramos amigos o conocidos, con cualquier cosa me hubiera conformado, Pero ni siquiera se despide de mí, duele...duele mucho.

Me incorpore e intente tranquilizarme. Sequé las pocas lagrimas que aun caían por mis mejillas y metí la llave del coche encendiéndolo. Estaba a punto de acelerar cuando un fuerte grito me detuvo.

—¡ESPERA! —Corrió hacia mí y abrió la puerta, me agarro el brazo y me impulso hacia el envolviéndome en un fuerte abrazo—No te vayas —Me mordí el labio.

—Yo...tengo que irme.

—No te alejes de mí —Se aferro más a mí y hundió su cabeza en mi cuello—Te quiero, lo siento, siento si te molesté por mi forma de ser, no se me da bien mostrar mis sentimientos —Con cautela, rodeé su cuerpo con mis brazos y le correspondí el abrazo.

—También te quiero, pero igualmente, me tengo que ir —Se separo de mí y me miro con los ojos completamente rojos—¿No iras a llorar no?

—Cállate, soy un chico sensible —Levante una ceja y lo mire mal—Lo soy, ven a verme, dame tu número, tu correo electrónico, tu dirección, donde estudias, dame tu corazón... dame todo de ti —Sonreí y le di un casto beso sobre los labios.

—Eres más cursi de lo que aparentas —Comente en tono de burla.

—Y tú eres lo más dulce que he probado alguna vez, necesito más —Sonrió y sentí como un millar de mariposas se instalaban en mi estomago—Tomare todo de ti —Acorto la distancia y lamio mis labios antes de morderlos.

—Idiota, no soy comestible —Susurre completamente avergonzada.

—Umm... si lo eres —Sonrió sobre mis labios y me beso. 




Mi extraño vecino el Sr. Conejo (GD) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora