Cap. 3

83 3 0
                                    

Narra Brooke

—Brooke...—Escuché que murmuraban mi nombre a lo lejos y fruncí el ceño, mirando alrededor.

Nadie.

—Brooke, mírame.

—¿Dios?—Susurre para mi y volví a mirar para todos lados.

A lo lejos pude divisar una figura de un hombre, bastante alto pero no podía descifrar su rostro. Estaba todo muy nublado.

—¡Brooke!

Abrí mis ojos algo asustada y lo primero que vi fue a mi hermana con el ceño fruncido.

—¡¿Qué sucede contigo?! Asi no se despierta a la gente.

Me sente en mi cama y tallé mis ojos con mis manos.

—Lo siento, pero no despertabas y tu teléfono no deja de sonar.

—Ay no...—Murmuré.—¿Qué hora es?

—Los ocho de la mañana...—Me levanté rápidamente y busque un atuendo.

—¿Todo bien?

—¡No! Debía estar en el estudio a las siete. ¡Me matarán!

—No sabia, Brooke. Lo siento.

—No es tu culpa, Lauren.—Suspiré tratando de calmarme.—¿Ya vas a la escuela? ¿Te paso a dejar? Me queda de camino.

—Claro, te espero abajo.

Asentí y tome mi ropa para cambiarme. Sin poder bañarme. Que asco.

Lave mi cara, cepille mi cabello y apliqué maquillaje.

Tome todas mis cosas y bajé corriendo lo mas rápido que los tacones me permitían.

—¡Vamos, Lauren!

Subimos a mi auto y conduje al Starbucks mas cercano, necesitaba café.

—¿Quieres algo?—Le pregunté a mi hermana -que estaba pegada en su celular- cuando estábamos a un auto de ser atendidas.

—Solo la bebida rosa.

Asentí y pensé en que pedir a los demás chicos.

Seria mi disculpa por llegar tan tarde.

Cuando fue mi turno me atendió una chica y mostró una cara de pura emoción al verme. 

—¡Hola!—Medio gritó e hice una pequeña mueca.

—Hola. Quiero dos bebidas rosas y cuatro Caramel Macchiato, por favor.

—No puedo creer que este atendiendo a Brooke Perry.—Seguía hablando mientras yo pagaba—Adios, te pediría un autógrafo pero sería muy poco profesional y probablemente me despedirían.

—Si, adios.

Arranque y fuimos a la otra fila para que nos entregarán nuestro pedido.

—Que chica mas molesta.—Comentó mi hermana y ambas reímos.

—No seas pesada. Solo era una fan.—Me encogí de hombros.

—Hay algunas menos....locas.

Me entregaron el pedido y luego deje a mi hermana en su escuela privada.

La cambiamos de una escuela estatal a la privada por todo el acoso que recibía.
Por mi culpa. Todos sus compañeros le pedían autógrafos o distintas cosas de mi.

Asi que la escuela privada era lo mejor para mi hermanita, solo hay hijos de actores, cantantes, modelos, entre otros y ella esta tranquila.

Pago demasiado pero ella es feliz y esta aprendiendo mucho. Todos ganan.

Doble caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora