Capítulo dos: ¡Ellos son Charlotte y George!

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Adrien había recogido de la escuela a los hijos de Chloé, los llevó a almorzar a una pizzería y ahí era donde les propondría el trato.

— Mamá no sabe que nos trajo aquí, ¿cierto? —dijo Charlotte.

— Pues no, pero si lo hará, después —contestó Adrien.

— ¿Esto cuenta como secuestro? —preguntó George.

— No, claro que no. Los conozco desde hace tiempo y a su madre también, además su niñera está aquí.

— Está coqueteando con el mesero de la mesa diez —contestó Charlotte.

— Así está el asunto; ¿Qué les parece si fingen como que son mis hijos por una tarde?

— ¿Por qué no mejor le dices la verdad a esa pobre chica? —habló Charlotte.

— ¿Qué? ¿Lo sabes?

— Si, mamá nos lo contó todo. La chica tan linda con la que al fin podrá sentar cabeza y dejar de ser un mujeriego. Una belleza que aflojó el mismo día que se conocieron —dijo la niña haciendo un montón de mímicas exageradas. Idéntica a su madre.

— No no no, tú madre la describió de una manera muy extraña, ella no es así. Escuchen decir la verdad ahora no es la solución ahora. ¿No te emociona trabajar de actriz?

— Si esto es un trabajo, páganos.

— La paga será una buena experiencia.

— Yo hablo de un pago de verdad.

— Está bien... ¿Cuánto quieres?

— Setecientos euros y que pagues seis semanas de un curso intensivo de actuación que mamá no puedo pagar.

— Cincuenta euros por día y dos semanas de actuación.

— Quinientos euros y cuatro semanas de actuación.

— Doscientos euros y tres semanas, es lo último que te ofreceré.

— Por mí está bien.

— Muy bien. Ahora tú George, ¿qué es lo que quieres?

— Quiero ir a Hawaii y así pueda nadar con delfines —le dijo el niño.

— Nadie irá a Hawaii. Otra cosa.

— Entonces busca otra persona —George tomó su vaso, sorbió su refresco con la pajilla y le lanzó una mirada seria a su mayor.

— La mirada de mafioso. Bueno George, esto se trata de negocios, ¿alguna otra cosa que quieras?

— Quiero un Pony volador.

— Si si, yo también quiero uno de esos pero no existen George.

— Entonces solo quiero un Pony, y voy a llamarlo Nelson.

— ¿Qué tal un PS4 y a ese lo llamamos Nelson?

— Sigue hablando.

— Con tres juegos niño, acéptalo es lo mejor.

— Cinco juegos y quiero que conozcamos a la chica en Parc du la Villete.

Está bien, lo haremos a tu modo. Esta hecho, pero, Charlotte, se cancela si no te acabas tu pizza.

— Está bien, la comeré.

Con los niños de su lado solo faltaba convencer a Chloé de que los deja de ir, además de pedirle que los acompañe para hacerlo más creíble y que Marinette no crea que contrató niños para ser su hijos (aunque sea verdad).

Esposa de mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora