Capítulo 4

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Los primeros rayos de la mañana entran por la ventana, dándome directamente en la cara y aumentando mi dolor de cabeza... ¿Los primeros rayos de la mañana? Son casi las 12. No suelo dormir tanto a no ser que... Oh dios. De repente, todo lo que pasó la noche anterior me viene a la cabeza. Harry. Zayn. Jake. Joder, qué cagada. ¿Cómo pude ser tan estúpida de haberme ido con esos tíos? Ni si quiera los conocía. En verdad no me arrepiento, me lo pasé bien y me olvidé durante unas horas de todo, cosa que necesitaba. Recuerdo que me subí en el coche de Harry, pero no recuerdo haber entrado por la puerta de mi casa, ni haber abierto la cama, ni haberme metido en ella. Me levanto y me miro en el espejo que hay enfrente mía: llevo la misma ropa que anoche. ¿Qué coño? Tengo que preguntarle a mi madre, ¿cómo cojones me acosté ayer?

Silenciosamente, abro la puerta de mi cuarto y bajo las escaleras.

"-¿Mamá?" -grito, intentando que alguien me responda, pero esa respuesta no llega. "¡Mamá!", vuelvo a gritar, pero parece que no hay nadie en casa.

De repente, escucho el sonido de alguien rebuscando algo en la cocina. Extrañada, me dirigo a ella, ¿es que hay alguien aquí? Cuando entro, me encuentro a Tim, mi hermano pequeño, comiendo galletas.

"-¿Quieres? Mamá las ha hecho esta mañana." me dice. 

Levanto la ceja y me cruzo de brazos apoyada en el marco de la puerta. "¿Deberías estar comiendo eso?" le pregunto, con media sonrisa.

Su cara de culpabilidad de nueve años aparece mientras deja de lado las galletas. "Creo que a mamá no le gustaría, pero no está en casa"

Aún recuerdo el día en que Tim nació. Yo solo tenía diez años, uno más que él ahora. Recuerdo llevar ese vestido de rayas que tanto odiaba, pero que la abuela me hizo llevar porque "debía estar presentable". Nunca me han gustado los vestidos ni nunca lo harán, pero ese sobretodo. Lo odiaba.  Recuerdo la cara de felicidad de mamá cuando vió a su hijo, recuerdo la cara de papá, sonriente, mirando orgulloso a su mujer, y luego al nuevo miembro de la familia. Fue una de las últimas veces que vi a papá feliz... Bueno, fue una de las últimas veces que vi a papá. Tim no tuvo la oportunidad de tener un padre, ni mi padre tuvo la oportunidad de verle crecer... A los seis meses de que él naciera, mi padre murió. 

Los recuerdos de ese amargo día inundan mi mente. Fue la única vez que he llorado en diez putos años. Recuerdo levantarme el día del funeral y ponerme el vestido negro; ese día no tuve fuerzas para quejarme de él. La rabia, el enfado, la decepción, recorren mis venas desde aquel día. Nunca volví ni volveré a ser la misma niña que una vez fue feliz.

El ruido de la puerta principal abriéndose hace que todos mis pensamientos se esfumen y que me recupere de este momentario bajón. Tim cierra el tarro de las galletas, lo mete en el armario y sale corriendo hacia su cuarto para evitar escuchar a mi madre regañarle.

"Becca, por fin te has despertado" Dice mi madre mientras entra cargada de bolsas del supermercado. Me dirijo hacia ella para cogerle algunas.

"Llevo despierta desde hace un rato" Miento. En verdad apenas llevo despierta 20 minutos.

Llevamos las bolsas a la cocina, y me siento en una silla mientras ella guarda las cosas que ha comprado en los muebles. 

"¿Qué pasó anoche?" Tras unos minutos, lo suelta. Realmente, lo estaba esperando, no sabía cómo empezar la conversación.

"La pregunta es cómo coño llegué hasta aquí", digo, sin más.

Cierra los ojos e inspira antes de hablar. "Un chico te trajo... Had... Chad... ¿Cómo se llamaba?", intenta recordar.

"Harry", le recuerdo.

"Sí. Harry. ¿Quién es?" Siempre hace tantas preguntas que dios, me agobia. Necesita saberlo todo.

Under SkinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora