Arrodillando a Loki

Llamas peligrosas

Todos los personajes de esta historia pertenecen a Marvel

Capítulo 22

Llamas peligrosas

Loki observaba al hombre dormido en sus piernas, sintiendo la puntada agridulce en la base de su estómago, de saberse derrotado antes de empezar la batalla.

Tomo aire desviando la mirada ¿Qué procedía en estos casos? Se dejó llevar por la acumulación de emociones causadas gracias al estrés. Ahora no solo revelo su más grande secreto, también complico el plan.

Estaba enojado, aun no comprendía como un puñado de sentimientos podía causar tan grande caos...

Había regresado a la torre buscando los planos que le faltaban en el taller del millonario y se encontró con la sorpresa de que estos se encontraban sobre la mesa con un gran moño de regalo, junto con un lujoso celular de la nueva colección basada en ellos, que era imposible de rastrear.

Sintiéndose completamente desconcertado, se había acercado lentamente esperando encontrar alguna trampa, que nunca se activó inclusive cuando sus manos tocaron los planos, dándose cuenta que J.A.R.V.I.S. vigilaba sus movimientos.

— Todavía puedo darte el mundo entero, si me lo pides —escucho detrás de sus espaldas, — ¿Traicionaras a tus amigos? ¿Por mí? — Cuestiono al genio sin girarse a confrontarlo— ¿Te atreverías a dañarme? — Le respondió acercándose lentamente al azabache —porque cuando la guerra empiece yo estaré en el otro bando y los diseños en tu mano son de mi armadura, no tengo la menor duda que seré de los primeros en caer.

Loki giro su cuerpo con una furia que el mismo desconocía, las palabras del hombre dañaron profundamente su ser — ¿Crees que no lo hare? Piensas que soy tan débil como para ceder ante un estúpido mortal, eres igual a Thor solo deseas someterme a ti ¿Que pasara conmigo cuando esto acabe? Yo te lo diré, ¡regresare a la estúpida celda a pudrirme hasta que alguien me necesite nuevamente! ¡Yo no nací para estar atrapado! yo soy libre y no permitiré que nadie gobierne mi corazón y mis decisiones aun cuando eso implique la soledad.

— ¡No quiero verte sufrir! No lo entiendes Loki, quiero verte ser libre y si para eso necesitas todos esos diseños lo único que puedo hacer es dártelos libremente, nadie mejor que yo sabe que se siente cuando todos te utilizan y piensan que pueden pisotearte porque no te importa, solo promete que estarás bien y que no participaras en la batalla.

El dios de las mentiras no pudo evitar el desborde de sus propios sentimientos y sin importarle que Tony estuviera en su armadura tomo su brazo jalándolo hacia él en un intento de aplacar el mar de remordimientos que se alzaba en su interior—Escúchame bien, no volveré a repetírtelo—gruño mirando a todos lados, como si alguien lo estuviera vigilando— Yo defraude a un ser muy peligroso que puso sus ojos sobre mí, no importa donde este o quien me proteja el me alcanzara y matara a cualquiera que se interponga en su camino, solo la protección de Odín impedía por un tiempo que me localizara pero ahora...no sé si aún sirva— confeso en un susurro Loki apretando al pequeño mortal entre sus brazos.

Tony le devolvió el abrazo buscando sus labios con desesperación dándose cuenta que no había nada que pudiera hacer para evitar perder al ser que lo resguardaba entre sus brazos, saliendo de su armadura obligo al dios a caer al piso mientras él buscaba acercar más sus cuerpos una vez no era suficiente y si esa en verdad era su última noche juntos la iba a disfrutar al máximo.

Una suave caricia en su mano lo sacó de sus recuerdos — ¡Hola! Loks, sigues aquí ¡eh! — bromeó el hombre de hierro, intentando romper el hielo que se había instalado entre ambos.