En estos tiempos modernos los caminos naturales y los bosques espesos fueron reemplazados por extensas carreteras y ciudades iluminadas. Los humanos abrieron sus mentes a nuevos descubrimientos, dando a luz tantos inventos como su ingenio les permitió. Todo gracias a algo que ellos denominaron "ciencia".
Y en ese auge de conocimientos olvidaron aquello que se esconde entre las sombras, pero el evitar pensar en algo no lo hace desaparecer. Aunque hayan imitado la luz del día con sus faroles, la noche seguía haciéndose presente entre penumbras y con ella aquellos seres olvidados, hambrientos de almas que los alimentaran, aspirando volver a ocupar su privilegiado puesto en el mundo de los vivos.
Kyungsoo con apenas quince años, ya debía trabajar medio tiempo para llevar comida al hogar. El chico veía su vida tan desdichada sin planes de mejorar. Con su madre enferma, siendo abandonados por su padre y las malas notas debido al poco tiempo que le restaba para estudiar, no alcanzando a tener un buen desempeño en el colegio.
El niño de grandes ojos sentía su vida desmoronarse desde su último cumpleaños, cuando fue testigo del primer evento paranormal.
Una niña pequeña con las ropas empapadas caminaba al lado de una mujer que solía frecuentar la tienda en donde Soo trabajaba medio tiempo, la persona mayor, siempre que iba a hacer sus compras, tenía la mirada triste y la pequeña la observaba con una pena similar.
Cuando Kyung preguntó la razón por la que estaban tan decaídas la mujer se inclinó la cabeza en confusión –"¿Por qué hablas en plural?"- inquirió la mujer con duda. Soo le explicó que se refería a la jovencita a su lado y que estaba aún más preocupado por ella ya que estaba empapada además de que a pesar de ser un bello vestido rosa, no era adecuado para el frio.
La pequeña, sorprendida al ser notada por el empleado se acercó a él y susurró un pedido especial.
Fue cuando Soo observo a la mujer, su rostro había palidecido por completo, tenía las manos cubriendo la mitad inferior de su rostro casi al borde del llanto.
-JiSoo me pide decirte que no fue tu culpa...- repite las palabras de la niña sin poder entender lo que ocurría. –ella... ella dice que se resbaló y cayó al agua por no prestar atención...-
Toda la situación estaba comenzando a asustar al chico. Cuando Soo terminó de hablar la mujer cayó de rodillas al suelo y comenzó a llorar. La niña por su parte sonrió agradecida y finalmente desapareció en un haz de luz.
Cuando la clienta se tranquilizó y Kyung se recuperó del shock causado por la impresión, ella agradeció por el consuelo que le obsequió en su discurso antes de irse.
Poco tiempo después Soo se enteró de que la mujer antes tenía una hermana, la pequeña se había caído a un pozo la primavera pasada cuando su hermana mayor la cuidaba. Y que ella no había tenido consuelo hasta ese momento.
Desde aquel día para Do KyungSoo se abrió una puerta la cual no podría volver a cerrar.
***
-¡No lo puedo creer! ¡De nuevo me tuvieron trabajando hasta tarde!- La noche estaba particularmente oscura, y en las desoladas calles reinaba un silencio sepulcral únicamente interrumpido por el sonar de las suelas contra el pavimento. KyungSoo tenía la vista fija en el suelo. Por alguna razón desconocida, el aire espeso a su alrededor le erizaba la piel.
De pronto, al sonido de sus pisadas se le sumaron las de otro par, resultaba tan extraño para él que se oyeran tan cerca sin un gradiente de sonido, como si solo se hubiera aparecido a escasos metros del chico.
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LUCKY
FantasyKai, un zorro blanco de nueve colas, espera pacientemente a que los dioses le otorguen una nueva oportunidad. KyungSoo, un desdichado chico de quince años, cuya vida está por dar un giro inesperado. "...En el momento en que te descubra, serás aú...