Promesa cumplida. Un nuevo comienzo

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Cuando KyungSoo despertó se descubrió en una habitación muy diferente a la de su hogar, considerablemente más amplia y de un estilo tradicional, incluso sus prendas de dormir eran diferentes.

Los recuerdos de aquella noche perturbaban su mente, llevándolo a cubrir su rostro con sus temblorosas manos. La presunción de que todo aquello fuese sólo un mal sueño era más improbable a medida que lo analizaba, fue muy vívido, demasiado real.

-Oh, ya despertaste.

Soo levantó la mirada encontrándose con una persona mayor, sus ropas lo hacían lucir como el monje de algún templo, su mirada y el tono de su voz transmitían una sensación de paz, tan propia de ellos.

–Él dijo que tardarías un poco más en despertar, ya que ese ser alcanzó a tomar mucha energía de ti.

-¿Él?... - Inquirió el niño.

-El espíritu protector de este templo, un zorro blanco de nueve colas.- explicó con calma el hombre. –Antes de marchar en tu búsqueda, se apareció frente a mí en su forma humana, prometió que traería al amo de vuelta.

-Yo... no entiendo- Soo pasó la mano por sus cabellos muy consternado por los eventos pasados. -Mi madre... ¿de verdad ella...?- La voz del niño se oía quebrada cuando intentaba formular su pregunta ya que muy en el fondo, conocía la respuesta.

-Lo siento mucho pequeño- Contestó en anciano con pena.

Las lágrimas del menor caían en un llanto silencioso, se recostó nuevamente sobre el colchón abrazando sus rodillas. Había perdido a su única familia, ahora, estaba completamente solo en un lugar desconocido para él.

El monje lo observó compasivo, el pequeño había tenido una vida difícil. –Nuestro único deseo es que estés cómodo con nosotros, estoy seguro que él vendrá a verte muy pronto.- dicho esto, el anciano se retiró dejando a KyungSoo llorar su pérdida.

-¿Por qué estás tan triste?- preguntó una voz desde el rincón.

-Me he quedado solo, no sé dónde estoy o que pasará de mí ahora.

-¿Quieres saber dónde estás?... Pues he estado escuchando que esta es tu casa, que esperaron mucho tiempo por ti. Creo que eso descarta tu impresión de estar solo... lo que quieras que pase en tu futuro, esa es tú elección.

-¿Fuiste tú, quien me trajo aquí?- el pequeño levantó la mirada con la esperanza de encontrar a aquel ser de cabellos plateados.

Pero en cambio se encontró con un risueño chico de cabellos encrespados, vestía un kimono holgado que dejaba al descubierto gran parte de su pecho y cargaba consigo lo que parecía una botella de licor.

-¿Te refieres a ese zorro malhumorado? No, por supuesto que no. Yo solo le serví de compañía...- Negó de manera exagerada e hizo una reverencia en señal de respeto. –Permíteme presentarme joven amo, yo soy Chen, un tanuki, de seguro escuchaste hablar de las habilidades de mi poderosa especie.

El niño negó aún más confundido amenazando con volver a llorar.

Oh, pero claro, eso no es importante ahora. Seguro quieres saber de él... mmmm... -Chen paseó sus dedos por el mentón en una pose pensativa. - así que no ha venido a verte, de verdad no lo entiendo, ese zorro estaba empecinado en encontrarte y ni siquiera se digna en aparecer ahora cuando al fin puede tenerte.

-No... no entiendo lo que está pasando, solo sé que mi madre... ella ya no está... - Habló en un tono de voz muy bajo.

-Las dos mujeres que te atacaron anoche eran demonios... no es la primera vez que tienes a un espíritu frente a ti ¿o me equivoco? - el mapache dejó aquel rincón y se acercó al menor. – A la que cuidabas creyendo que era tu madre, ya no lo era. Tal vez no lo veas así en estos momentos pero fuiste de verdad afortunado, de no ser por él, ese espíritu te hubiese devorado por completo.

LUCKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora