Capitulo 18:

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Lo primero que hace Miguel al llegar es tomar sus valijas y comenzar a llenarlas de ropa. No le toma mucho tiempo, y al terminar se toma un momento para caminar hacia la pieza de al lado; al entrar logra ver las sábanas destendidas y una de las almohadas en el suelo. Ruben no regresó después de la fiesta de primavera, y parece que no pensará en hacerlo.

Toma una gran bocanada de aire, y cierra la puerta con fuerza. Lo hace tan fuerte que las paredes retumbaron como un grito ahogado, Miguel golpea la pared y puede sentir sus ojos a punto de estallar en lágrimas. Se sentía abrumado, estresado. Sentía que tenía miles de emociones encontradas, y que las únicas palabras que se encontraban en su cerebro eran "Me haz enamorado, Miguel." "Siéntete orgulloso porque yo nunca me enamoro." Sus brazos caen a cada lado de su cuerpo y no tarde en sentarse en el suelo, a mitad del pasillo oscuro, y echa su cabeza para atrás.

¡Era un patético! ¡Un idiota! ¿Cómo puedo hacerle aquello a su hermana? ¡Su propia hermana, comparten la misma sangre y familia! Era un delito, él sentía que era como un tipo que traiciona a las personas sin que se den cuenta. Miguel había caído en la trampa de Ruben, lo había hecho, pero no pensó que habría repercusiones, no pensó que el príncipe de Escocia se iba a enamorar de él.

Hay tantas princesas, está su hermana con la que se debe casar de aquí a un par de meses. Está aquel trono que debe asumir como un buen hijo, está su familia que debe alegrarse por ver a su hijo convertirse en todo un gobernante. Pero Miguel sabe que si Ruben hace un minúsculo error todos irán contra él, absolutamente todos.

Y sabe que si se va tendrá que afrontar la culpa de que Ruben será expulsado del palacio y del país, que sus padres no lo querrán como hijo, que su hermana quedará con el corazón roto, que sus padres no soportarán el sufrimiento y regresarán lo más pronto posible a Inglaterra, y sobre todo que la hermana del castaño no podrá volver a verlo otra vez.

Había tantas cosas, tantas opciones, pero sabía que si quería librarse de esa carga en sus hombros y tratar de ser feliz con Juliet, debía aunque sea salirse de la vida de Ruben y allí es en dónde el viaje de vuelta a Escocia cobraba sentido.

—Pensé que te irías al saber lo que siento por tí. —no tarda mucho en mirar hacia el frente y ver a Ruben. Iba vestido con el mismo traje de ayer, tenía los ojos rojos, al parecer había llorado, el cabello hecho un desastre y algo de tierra en sus pantalones.

—Ruben, escucha...

—No, escúchame tú a mí, —Miguel quiero salir corriendo, pero sabe que merece tener una buena explicación de todo este embrollo antes de irse de Irlanda. —Sé que estamos demasiado mal ¿De acuerdo? Soy impulsivo y tengo mal genio, y te metiste bajo mi piel como nadie más. Actúas como si me odiaras un minuto, y luego como si me necesitaras al siguiente. Nunca acierto en nada, y no te merezco... pero estoy malditamente enamorado de ti. —aquella frase toca el pecho de Miguel como una lanza al primer tiro. —Sé que te vas a ir, y sé que sientes asco por mí y que ahora me odias y... Yo... sólo no les digas nada a mis padres o a tu hermana. N-No quiero que me alejen de mi hermana, no quiero dejar mi país. ¡Soy un cobarde! Y pensé que estar un par de meses contigo serían los mejores meses, ¿sabes por qué? Porque quería distraerme, y pensé en las normas la primera noche en la que dormimos juntos, pensé en lo prohibido que era besar a un hombre y me entró curiosidad, pero todo terminó siendo algo más grande. Tú hiciste algo, no sé qué diablos habrás hecho pero hiciste que sienta celos, que reclamara lo que es mío aunque tú ni siquiera me pertene...

Y rompió en llanto. Como una granada llevando todo a su paso, se sostuvo de la pared y comenzó a sollozar más fuerte. Miguel se quedó quieto, procesando las palabras y tratando de hacer algo para que parar de llorar, corrió hacía él y lo abrazó con fuerza.

Ruben siente unos brazos enrollarse en su espalda, no quiso recibir el abrazo. Se sentía vulnerable y odiaba que lo vean así, así que sólo se quedó sosteniendo su rostro y dejando que las lágrimas cayeran por sus frías mejillas. Sentía el cierra de la chaqueta de Miguel golpeando con su pecho y como su este subía y bajaba.

—No me das asco. —comienza el pelinegro en voz baja, Ruben no lo escucha por su llanto, y parece que tampoco quiere hacerlo.— Eres genial, eres fantástico, eres especial y no porque te guste signifique que tenga que odiarte. Y sí, yo.. pensaba irme de regreso a tu país, ya sabes, decirle a mi hermana que era un arrogante y que nos besamos, y sabía que ella les diría a tus padres. Juro que lo he pensado miles de veces, pero.. hay algo que no me deja volver a estar cerca tuyo de nuevo.

Ruben sigue llorando, y aunque ha escucha la mitad de todo lo que ha dicho Miguel, igual se sigue sintiendo mal. Es como un sentimiento amargo que baja por tu garganta y llega a tus pulmones, aplastándolos con fuerza y pidiéndoles que respiren. Iba a desmayarse, se sentía mareado y aunque sólo veía la oscuridad de sus manos, podía ver una pequeña luz tintineando en el fondo.

—Olvidemos todo. Olvidemos que te gusto, olvidemos que lo de Juliet pasó. Olvidemos los besos, y volvamos desde cero.

Miguel dice en un tono dudoso, y Ruben tampoco no estaba muy seguro de aquello. Pero, si eso hacía que sus padres y su futura esposa no se enteraran de todo esto, lo haría, tragaría sus sentimientos y forzaría una sonrisa en su rostro con tal que sus padres puedan sentirse por primera vez orgullosos de su hijo mayor y no de su hermana.

Y Miguel lo haría para olvidar aquel error por el cual traicionó a Mali-Koa, y también porque probablemente aquellos besos con Ruben hayan hecho algún cambio en él.

—Sabes Miguel.

— ¿Qué?

—Desearía no ser parte de la realeza.

Miguel suspira y aprieta el delgado cuerpo de Ruben con fuerza, el castaño coloca su cabeza entre el hombro del británico y aspira su aroma.

—Te entiendo perfectamente.

—Entonces, ¿desde cero?

—Desde cero, Ruben    



Aviso:

Lamento la demora. He estado un mes sin computadora, se malogró. Y un mes y medio sin celular, me lo quitaron porque querían comprarme uno nuevo por mi cumpleaños. Ya me lo dieron, y falta mucho para mi cumpleaños. De todos modos, estoy tratando de ponerme al día en todas las historias y con suerte este fin de semana podré actualizarlas todas.

Gracias por leer, un beso. 

Give Me Love|| RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora