Olivia Sullivan una chica de 13 años tiene una misión en la escuela secundaria "Newt Hunter", esa misión es hacerse pasar por una estudiante un tanto torpe para atrapar al delincuente más buscado de todo New York.
–Que pasa–me dijo mientras salíamos de la empresa.
–Ayer, Fran y Jace me dijeron que el delincuente me quería atrapar pero ellos no saben las razones–le dijeron y ella frunció el ceño
–Mmhmm–se tocó el mentón–O nosotras lo podemos atrapar a él–dijo Malia y le sonreí
–Hagámoslo–dije
–Trajiste tus armas–dijo Malia y yo asentí–Todavía recuerdo donde trabajan estos malditos lobos–dijo ella y me la quedé viendo sorprendida, Malia no se expresaba así a menos que odiara a alguien, y ese alguien era su padre.
–Malia, uno de esos malditos lobos era tu padre–le digo y ella me lanza una mirada asesina
–Esta muerto–me dice–Y aunque sea mi padre, es un maldito por no acordarse de mí–me dice y para en secó–Aquí es
–Bien hay que entrar–le digo y ella me agarra del hombro deteniéndome
–No nos pueden ver, nos van a reconocer, de seguro de que el delincuente ya le hablo a sus hombres de nosotras o mejor dicho de mis cuatro–me dice Malia, llevando a la parte trasera del edificio.
–Por qué no trajimos a Fran y a Jace, servirían de mucha ayuda–le dije y Malia se saco la mochila de la espalda.
–Jace–murmuró ella–Mejor estamos las dos que con ellos dos y tampoco sé porque los metieron en esta misión–dijo algo dura con sus palabras y rebuscó en su mochila y sonrío al ver lo que buscaba, era una pistola, la imite y me quite la mochila de la espalda, rebusqué y encontré mi pistola, la saqué y la puse en el piso, cerré el cierre de mi mochila y me la volví a poner en la espalda igual que Malia.
–Nos tenemos que cambiar, no podemos entrar en uniforme–dije y Malia se volvió a sacar la mochila, de ahí sacó dos pantalones negros, dos polos color verde oscuro, vans negras, no eran los trajes con los que solíamos pelear en las misiones, pero algo era algo
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N/A: Olviden la chaqueta de cuero.
–Donde se supone que nos cambiamos?–le preguntó y ella miro el gran contenedor de basura–Oh no, no me voy a cambiar detrás de eso–dije señalando el contenedor
–Entonces donde?–me preguntó Malia
–Adentro, buscamos un lugar donde cambiarnos y empieza la pelea–le dije y creo que a Malia le pareció una buena idea porque asentía repetidas veces.
Abrimos la puerta sin gran dificultad, en los pasillos no habían muchas personas, logramos entrar desapercibidas, vimos un cuarto de limpieza, entrando ahí y cerramos la puerta.
