Espía Encubierta

25

POV FRAN

La luz impacto mis ojos, sentí un ligero mareo, levante mi cabeza y vi a Jace parado en la cama mirando hacia la nada.

—qué haces?—le pregunté

—pensando en Malia—dijo él—crees que debería ir a verla?

—no lo sé, esas dos se fían mucho de esos dos lobos que me dan mala espina cada vez que están cerca de nosotros

—de todo modos iré a verla

—te acompaño—dije, la luz del cuarto se apagó, tuve un mal presentimiento

—qué pasa?—me pregunto Jace susurrando

—cámbiate creo que está pasando algo raro—dije de igual modo que él, agarre una mochila y metí lo necesario en ella, cuando Jace salió del baño, me cambie yo—voy abrir la puerta despacio—Jace asintió, me estaba acercando cuando escuche balazos, gritos por doquier, tocaron mi puerta

—FRAN, SOY RODRIGO ÁBREME POR FAVOR—dijo desesperadamente, no sabía si abrir o no pero un moviendo metí rápido a Rodrigo al cuarto, estaba sudoso y tenía una herida en la mejilla

—qué pasa afuera?—pregunté

—no lo sé, de un momento a otro escuche balazos,  subí lo más rápido que pude aquí, es el único lugar seguro

—hay personas muertas?—preguntó Jace

—si, la mayoría, creo que los demás lograron escapar.. no sé

Todo esto se me hacía raro, podrían ser los lobos? O tal vez no sé solamente ladrones que buscan dinero

—hay que salir de aquí—dije, Jace y Rodrigo me miraron fijamente—y sacar al Jefe también

—Iré por Olivia y Malia—dijo Jace, abrió la puerta y todo estaba despejado en el pasillo,  entró al cuarto de Olivia y Malia y no estaban ellas—donde están?—vocalizó, levante los hombros.

Salí al pasillo y Rodrigo estaba detrás de mi, cada uno tenía un arma, Jace seguía buscando, lo jalé del polo y lo obligue a caminar.

—donde crees que estén?—preguntó Jace, no respondí, bajamos silenciosamente mirando con cautela cada piso hasta llegar al piso del jefe, abrimos su despacho y nos encontramos una gran decepción, el jefe estaba muerto, se me escapó una pequeña lágrima.

Me acerqué a él—jefe descanse en paz—le dije—lamentó mucho esto, usted—se me corto la voz—usted nos quiso como si fuéramos sus hijos, nos apoyó en nuestros momentos difíciles, nos dio un hogar y una familia, usted no merecía morir, usted es mi héroe.. es nuestro héroe, lamentó muchísimo lo de su hija, ella debería estar feliz por encontrarse con usted en un cálido lugar, adiós—me alejé, no me podía permitir llorar, no ahora, no en estas circunstancias, debía ser fuerte—hay que seguir—mientras más caminábamos más veía a gente muerta, a gente que yo conocía, a gente que eran mis amigos, a gente que les hablaba de vez en cuando por falta de tiempo, no merecían morir, ninguno merecía esto, el que haya hecho esto las pagara de la peor manera, lo haré sufrir.