♦♦♦JOANNA♦♦♦
Abro los ojos con lentitud. Estoy recostada boca arriba sobre un montón de colchas viejas y sucias, con hedor a moho y a antaño. Observo, con un dejo de desconcierto, lo que hay a mi alrededor: un par de sillones destartalados y rotosos, un ropero ajado y sin pintar, una estufa a gas deteriorada por el paso del tiempo, y humedad... mucha humedad.
Me incorporo con la ayuda de los codos. Un dolor intenso se extiende por mi columna vertebral y se irradia a mi brazo izquierdo. Siento náuseas.
—¿Dónde estoy?—murmuro, buscando en mi cerebro pistas acerca de los últimos acontecimientos—. ¿Cuánto ha transcurrido desde...?
Rayos.
—¿Te despertaste?
Ian se aparece en la habitación con un plato hondo lleno de un líquido amarronado humeante. El estómago se retuerce dentro de mi abdomen.
—Es sopa de pollo—responde el recién llegado al ver mi expresión.
—¿Dónde estamos? ¿Qué es lo que ha ocurrido con los demás?
El muchacho hace una mueca extraña con la boca y apoya el plato en uno de los sillones. Inspira profundo, de forma forzada y ruidosa, y se encoge de hombros.
—¡Dime lo que tengas que decirme! ¡Lo que sea!—exijo, alterándome.
Comienzo a pensar lo peor.
—Nada es lo que parece, Joa.
—No comprendo. ¿Dónde estamos? ¿Qué es esta pocilga?
Ian se acomoda a mi lado y me acaricia el hombro parestésico.
—Te mentí—confiesa. Sus mejillas se opacan con un rojo nacarado y sus ojos se achinan—. Pero te juro que no fue mi intención, eh, ni tampoco mi idea.
—Sigo sin entender—exclamo. Mi mente gira a velocidad extrema. Casi no recuerdo lo que ha sucedido los últimos días—. Solo me acuerdo de ti... de cuando me llevabas en hombros y me subías a un auto. Sé que me dijiste algo pero no lo logré retener en mi memoria.
Mi ex pareja suspira. ¿Alivio? A juzgar por su rostro imagino que lo que me dijo en ese instante no fue nada bueno.
—En este preciso segundo se está desatando una guerra bastante fea a kilómetros de aquí—me informa el baterista, poniéndose serio—. El final está cerca, Joanna, y no se puede confiar en nadie. Te secuestraron... Y Nathan se asustó mucho. Lo ayudé a rescatarte de las garras de los Nyronds, pero como no estabas apta para luchar se decidió apararte del grupo..., de la batalla, para que te recuperes al cien por cien.
—Es broma, ¿verdad?—me pongo de pie, y aunque mi equilibrio es interceptado unos segundos, de inmediato recupero mi postura—. Iré hasta donde están y colaboraré. No permaneceré aquí, como idiota, sin hacer nada.
—Leandro murió.
La noticia hace que me paralice; me cae como un balde de agua helada. Quedo perpleja hasta que reacciono.
—¿Cómo está Isaac? ¿Cómo es que...? ¿Cómo murió su hermano? ¿Quién lo mató?
—Larga historia. Por ahora, y hasta no tener señales de Nathan, nos quedaremos acá, seguros del caos.
—¿Y qué tanto acontece con Nathan? Si se puede saber—me cruzo de brazos y entrecierro los párpados.
—Él es el líder del grupo.
—Sí.
—Joanna, él se sacrificó por todos nosotros—hace una breve pausa—. Por nosotros y por la música.
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NO ME DEJES MORIR -Demonios de la Música #4-
Fiksi RemajaEL CAPÍTULO FINAL HA LLEGADO. Ya no hay vuelta atrás. La batalla final es inminente y no importan las consecuencias. La música ya ha dejado de ser un juego para convertirse en poder. Dioses, Guardianes y Demonios afloran en un desenlace épico de ca...