1. Sé fuerte

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—¿Qué te pasó en el ojo, hermana? —me preguntó Alissa, preocupada.

—Nada, Alissa, sólo me golpeé con la puerta —le respondí mientras acomodaba el hielo sobre mi, muy pronto morado, ojo.

—Fue papá, ¿cierto? —preguntó con tristeza. Miró hacia el suelo y frunció el ceño.

—No te preocupes, pequeña, ya no me duele. Ahora vamos a la cama, es muy tarde.

Alissa se puso su pijama y se acostó, yo me acomode junto a ella. Luego de unos minutos mi hermana ya estaba durmiendo, libre de preocupaciones. Ojala yo pudiera hacer lo mismo. Me levanté de la cama y sin hacer ruido salí de casa, camino al bar en el que trabajaba. Cuando llegué entré por la puerta de empleados.

—¿De nuevo? —preguntó Maggie, mi jefa, al ver mi ojo.

Yo sólo sonreí con tristeza. ¿Cuántas veces me ha hecho esa pregunta éste mes?

—Ven aquí, te maquillaré, no puedes trabajar así —dijo con compasión. Odio eso...

—Gracias, Maggie —le dije luego de que terminó de maquillarme.

—No es nada, ahora vamos a trabajar, el bar está lleno.

Caminé hacia el cuarto de empleados y me vestí con el traje de camarera.

Trabajé durante horas y cuando creí que sería una noche de trabajo tranquila apareció el típico cliente baboso.

—¿Qué desea? —le pregunté al cliente, figiendo amabilidad.

—A ti, desnuda en mi cama —contestó de manera arrogante y con una sonrisa ladeada.

—Eso no es parte del menú, señor —respondí tratando de ocultar mi molestia, lo que menos quiero es perder mi empleo.

—Déjala, Tom, es una niña. Traenos dos cervezas —dijo el chico que estaba junto al idiota grosero.

—De inmediato, señor.

Caminé hacia la cocina del bar y saqué dos cervezas. Luego de entregarlas me fui rápidamente a atender otra mesa. Y así estuve toda la noche, atendiendo clientes y soportando comentarios obscenos, ya estoy acostumbrada. Debo trabajar para llevar el dinero a casa, ya que mi padre no trabaja y vive tomando alcohol. Yo debo mantener la casa.

Trabajo todas las noches en el bar de Maggie, la paga no es mucha, pero dan propinas generosas. De día trabajo haciendo la limpieza en la casa de la señora Emma, y en la tarde logro dormir una o dos horas antes de que llegue Owen, mi padre. Últimamente el dinero no me alcanza a pesar de los dos trabajos, tendré que buscar otro y sacrificar mis pocas horas de sueño.

Es increíble como ha cambiado mi vida, aún recuerdo cuando mi única preocupación era estudiar, pero todo cambió cuando murió mi madre. O mejor dicho, cuando mi padre mató a mi madre.

A mis 15 años tuve que dejar amigos, estudios, todo. Sólo por tener que trabajar y mantener a mi familia. Ahora que tengo 17 años las cosas no han cambiado y cada vez empeora más la situación en mi casa. Tengo un padre alcohólico y asesino, una madre muerta y una pequeña hermana de 10 años que ha visto muchas cosas en su corta vida.

Luego de terminar mi trabajo en el bar fui a la casa de la señora Emma. Cuando terminé de hacer el aseo en la casa, me fui directo al colegio al que va mi hermana para esperar a que saliera. Éste colegio es para personas con dinero, mi hermana logró entrar por una beca. Es muy inteligente, sólo espero que lo sepa aprovechar, como no lo hice yo.

Cuando abrieron las puertas comenzaron a salir todos los niños y adolescentes.

—¿Puedo ir a la casa de Hayley y Paul? —me preguntó Alissa cuando llegó a mi lado.

D A N N A (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora