Sesiones con el Psicólogo - Ryuunosuke x Rita (fanfic)

Segunda Sesión

Hace dos días, observé a Ryuunosuke conversando con una chica que al parecer se encontraba de visita... creo que se trataba de Rita.

Era una chica rubia, de rasgos extranjeros... bastante atractiva. Se veía alegre, y muy interesada en Ryuunosuke, ya que sus múltiples esfuerzos por estar con él e intentar animarlo, eran notables.

No pude evitar espiar durante un momento, pero no fue mucho lo que escuché. Creo que ella intentaba convencerlo de ir a caminar por el jardín del psiquiátrico, y ciertamente lo consiguió.

Respecto a Ryuunosuke, he sabido gracias a los doctores, que ha tenido algunos avances considerables, aunque todavía le cuesta adaptarse a las situaciones grupales. Al parecer, aún sigue teniendo problemas para socializar con la gente, y en especial con las chicas. Es por eso, que me llama aún más la atención, la relación que tiene con esa chica... es un verdadero misterio para mí, ¿cómo lograron hacerse amigos?

Mi intención era abordar ese tema el día de hoy.

Ryuunosuke entró a la sesión viéndose mucho menos desafiante que la vez anterior. También lo noté menos tenso. Su forma de caminar, y su postura al momento de tomar asiento, me hicieron pensar que se sentía mucho más a gusto y relajado que el primer día... Eso me motivó. Sabía que en esta ocasión, la conversación sería algo más amena.

— Hola — le saludé en cuanto tomó asiento. El chico me miró en forma inexpresiva y saludó de vuelta.

— Hola — dijo simplemente.

— ¿Cómo te sientes el día de hoy? — pregunté.

— Bien — respondió y luego suspiró desanimado — Aunque un poco molesto... ¿Acaso cada vez que acuda a estas sesiones me retendrán el teléfono?

— Bueno... es probable — respondí — Pero no debes preocuparte, que siempre te lo entregarán a la salida. Es más que nada para cerciorarse de que puedas centrar tu atención en la conversación, antes que en tu teléfono celular.

— No entiendo por qué es tan importante — respondió mirando a un costado, algo molesto — ¿Por qué necesitan tanto que acuda a estas instancias?

— Bueno... porque quieren comprender qué te sucede, para que así podamos ayudarte lo más posible. Para eso estás aquí. Para que nos ayudes a comprender qué necesitas, y para que tú te comprendas a ti también.

— Es un poco molesto — respondió cruzándose de brazos — No me gusta esto de estar hospitalizado, me hacen sentir como si estuviera loco.

— Bueno, pensamos que era necesario que te mantuvieras en observación un tiempo.

— No creo necesitarlo — insistió.

— El hecho de que lo niegues, hace de esta situación algo más preocupante... ¿debo recordarte que tu vida estuvo en riesgo?

— Pero ¿por qué ustedes deben preocuparse por mí incluso más de lo que yo me preocupo por mí mismo? Ni siquiera puedo agradecerles ese favor... yo no se lo he pedido a nadie.

— No puede ser de otro modo — contesté mientras pensaba en una forma de explicárselo — Mira... dejarte a tu suerte, como tú quieres que hagamos... sería negligente. Es negligencia saber que alguien necesita ayuda y todavía teniendo en tus manos las herramientas apropiadas para salvarlo, dejarlo caer y empeorar. Son las leyes, no podemos dejarte morir. Debimos trasladarte aquí... No intento darte una lección moral sobre cómo deben ser las cosas, ni mucho menos regañarte o recalcar tus errores. Simplemente, estás aquí. Así es el sistema... y ya que estás, y mi deber es atenderte, lo haré. Lamento si es por la fuerza. Estoy intentando que no sea de ese modo. Quisiera que me dieras una oportunidad de demostrarte que la terapia puede tener un sentido positivo para ti también.