Viernes
Cuando llegamos al andén, pasa lo mismo de siempre. Nos sentamos, nos miramos, mi estómago revolotea, mis piernas tiemblan y nos sonreímos.
Antes de que lleguemos a su parada, me envalentono y le tiendo la mano con un papel.
Esboza una ligera sonrisa y lo coge sin dudar.
Creo que tengo la piel de gallina.
A la salida vuelve a sonreírme tan perfectamente, que hace que casi me maree.
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El Chico Misterioso
RomanceSamy todos los días coge el tren de las 7.20h para ir a la universidad. El chico misterioso coge siempre el mismo tren. Siempre se sientan en los mismos sitios. Ella siempre le mira. Él siempre va inmerso en sus pensamientos. Tod...