23

603 30 2
                                        

No hablamos, pero si nos miramos.

Nuestras miradas se mantienen unos segundos, que para mí se hacen muy cortos.

Sonreímos tímidamente.

Estamos sentados de frente y no dejamos de jugar con las miradas. Me estoy volviendo loca.

Ya ninguno de los dos escucha música. Solo vamos jugando.

Hoy no solo me mira cuando se baja, sino que me dedica la sonrisa más perfecta y más sincera que he visto en toda mi vida.

El Chico MisteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora