No hablamos, pero si nos miramos.
Nuestras miradas se mantienen unos segundos, que para mí se hacen muy cortos.
Sonreímos tímidamente.
Estamos sentados de frente y no dejamos de jugar con las miradas. Me estoy volviendo loca.
Ya ninguno de los dos escucha música. Solo vamos jugando.
Hoy no solo me mira cuando se baja, sino que me dedica la sonrisa más perfecta y más sincera que he visto en toda mi vida.

ESTÁS LEYENDO
El Chico Misterioso
RomansaSamy todos los días coge el tren de las 7.20h para ir a la universidad. El chico misterioso coge siempre el mismo tren. Siempre se sientan en los mismos sitios. Ella siempre le mira. Él siempre va inmerso en sus pensamientos. Tod...