Heros of our time ||Loki fanfic||

Encuentro

(Ingrid P.O.V)

- JARVIS, enséñame el camino a la habitación del Capitán.- pido. Me siento realmente estúpida al hablarle así a una máquina.

- Lo siento mucho Señorita. Esa información no está disponible en estos momentos. Tengo órdenes directas de no permitirle abandonar su habitación.-  responde desde algún altavoz.

Me arrojo sobre la butaca en la que estaba apoyada. No hay nada que hacer aquí. No puedo ni salir de mi habitación, más que una emperatriz, parezco una prisionera.

Cuando el resto de los Vengadores vieron lo que Thor categorizó de "hechicería superior", decidieron que estaba mejor recluida en el ático de la torre.

Sumida en mis pensamientos, apenas noto los leves golpes en mi ventana. Cuando me giro, me encuentro con Loki, sonriente, colgando de una cuerda. El viento le revuelve el pelo, y he de admitir que es atractivo... Para ser un psicópata asesino. Sé todo lo que ha hecho. Y aunque sé que no quiere matarme, no puedo quitarme de la cabeza que pueda hacerme daño.

Me acerco y abro la ventana.

- ¿Qué haces aquí?- pregunto.

- Vine a rescatarte.- responde, señalando la cuerda.

La puerta está cerrada y la perspectiva de quedarme encerrada todo el día no es exactamente atractiva. Me vuelvo a girar hacia él, suspiro y pongo un pie sobre el alféizar. Mientras Loki me rodea la cintura con el brazo, yo me agarro a la cuerda con fuerza. Es áspera y sé que la bajada dejará marcas en mis manos, pero de ninguna manera confiaría toda mi seguridad a este desquiciado.

- Podrías agarrarte a mí, sería más fácil.- sugiere.

- No hace falta que repita que no confío en ti, ¿verdad? 

Se encoge de hombros, y comienza a descender. 

Antes de darme cuenta, estamos en el salón principal, y entramos por la ventana abierta.

Me giro hacia los lados.

- ¿Dónde está todo el mundo?

- Marcharon. Los llamaron para una misión, y por alguna razón pensaron que no ocurriría nada si nos dejaban solos.- contesta, mientras cierra la ventana.

Se acerca a mí, pero me revuelvo y me dirijo hacia la cocina. Él me sigue y se coloca detrás de mí, abrazando mi cintura y enterrando su rostro en mi pelo. 

- No te entiendo- me giro y me aparto inmediatamente- hace una semana estabas deseando deshacerte de mí, con cualquier método que te permitiera quedarte con la gema. ¿Y ahora? Me persigues, intentas besarme, me tratas como lo harías con tu pareja... ¿Que quieres? ¿Que necesitas? 

- No lo sé.- me mira a los ojos.

Intento apartar la mirada, pero el resplandor de los suyos verdes me atrapa y se me clava como espadas.

- Puede ser desesperado, o una locura, pero creo que me he enamorado de ti.

El resplandor de sus ojos se desvanece por un momento, lo suficiente para darme cuenta de lo que ocurre.

-¿Estabas...? ¿¡Acabas de intentar controlarme con magia!?

Loki parece ofendido.

- ¡Por supuesto que no!

Por tercera vez, me escabullo de su agarre.

- Voy a subir  a mi habitación de nuevo.- retrocedo.

-Pero Ingrid...- sus palabras son interrumpidas por el ruido de cristales rompiéndose.

Ambos nos giramos, él con su brazo estirado hacia mí, en un intento de detenerme.

Los ventanales de la torre están destrozados. Hay trozos de vidrio desparramados por el suelo, destellando a la luz del sol. En el centro, rodeada de ellos, se encuentra una figura encapuchada. Es colosal, y la capa hace que parezca diez veces más grande. Por su forma, se podría deducir que es un hombre, aunque increíblemente grande para ser un humano.

Con una voz profunda y gutural, comienza a hablar.

- Loki Laufeyson, hijo de Asgard y Jötunheim, eres un aliado poderoso.- se dirige hacia Loki- aléjate del arma de destrucción masiva y tu vida será perdonada.

Él responde acercándose un poco más a mí y tomándome por el brazo que antes le apartaba.

- ¿Y si decido arriesgarme?- sonríe.

- Entonces serás eliminado.

Lleva el brazo hasta la parte de atrás de su capa, y deja ver un hacha de doble filo, fácilmente del tamaño de una persona.

Loki se gira bruscamente hacia mí, y coloca sus manos en mi cuello. Noto una sensación electrizante desde las puntas de mis dedos, y comprendo que está desbloqueando sus brazaletes. Son unos segundos de tensión, y en seguida me empuja con fuerza lejos del hombre y se interpone entre nosotros dos, con las manos refulgentes de magia, preparándose para el ataque.

Me siento inútil, estúpida e impotente. En un lado, observando.

Loki alza sus manos y su magia comienza a surgir, dirigiéndose hacia el gigante. Sin embargo, sin mucho esfuerzo, el otro hombre lo esquiva, usando su hacha para reflejarla y enviarla en nuestra dirección. 

Loki se hace a un lado, lanzando su cuerpo fuera de la trayectoria de los rayos. Yo me encojo debajo del aparador.

Ahora es el turno del atacar del gigante. Sin reflexionar, se lanza contra Loki, con su arma alzada. Loki da un salto y lo esquiva, mas el hacha se entierra en una de las estanterías, que se desploma sobre él.

Pasan unos segundos. Rezo por verlo levantarse. Cuando el enorme encapuchado me sonríe con sus dientes amarillentos, sé que no será así.