Solo....Julieta

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La oscuridad de la noche envolvía mi hogar y solo la pequeña luz de la vela iluminaba las letras del libro en mis manos, era muy tarde pero al parecer no tanto para evitar la correspondencia, ya que Nana me entrego una carta con la insignia de nuestra familia sellando la información, la mire confundida pero sin mucha emoción la abri

«has sido cordialmente invitado a la fiesta de disfraces que se realizará está noche en la residencia de Don Montesco»

- oh por...que molestia - Nana me miró confundida, por lo que aclare la situación - fui invitada a una fiesta en casa de mi tío, al parecer debo usar disfraz. Me imagino que deben esperar que llegue con un vestido emulando las bellas alas de un cisne

- ¿Y que desea usar? - lo pensé unos segundos antes de sonreí

- Nana, ¿Usted podría confeccionar para mi un traje de caballero?

- ¿De caballero? Su idea del vestido de cisne es espectacular - le sonreí y negué, ella correspondió al gesto y suspiro - De caballero entonces, haré lo mejor posible

- Recuerda que mi estancia en esta casa de campo, recluida de la sociedad, no es debido a mi obediencia y sumision con la familia - la vi rodar los ojos para posteriormente salir por la puerta de mi habitación, deje mi libro en la mesita a mi lado - no seré sumisa con quiénes reniegan de mi existencia solo por mis particulares gustos amorosos. Nana ha sido un gran apoyo para mi desde...que mis padres murieron - la palabras saliendo de mi boca con poder detenerse creando en mi una melancólica sonrisa, pero con rapidez aleje esos recuerdos - nada de tristeza, siempre sonriente

La tarde pasó y la noche rápidamente oscurecido las calles y yo ya me encontraba acomodando el traje que Nana había confeccionado para mi pero al verme al espejo algo no encajaba

- Nana, me prestaría unas tijeras por favor

- ¿Para qué las quiere señorita?

- Nana, usted solo entreguemelas - le sonreí por el reflejo de aquel espejo, ya con las tijeras en mi mano comence a cortar mi cabello

- señorita, ¿Pero qué está haciendo? - exclamó exaltada, sonreí ante su actitud y respondí

- no exagere, solo corto un poco mi cabello, además con el tiempo volverá a crecer

Ya lista, me encaminé a la residencia Montesco a la cual entre sin problemas luego de mostrar mi invitación, ya todos habían ingresado, busque con la mirada a alguien conocido, sin éxito alguno, pues la mayoría llevaba máscaras o antifaces. Entre la multitud, una figura se hizo presente y como si el tiempo se hubiera detenido, se mantuvo bajo mi mirada, siendo iluminada por los candelabros. Las flores en los jarrones la rodearon como si estuviera en un jardín interior, era la mejor pintura que jamas nadie habia plasmado 

Era...irreal, fuera de este mundo, tal como si de un ángel caído del cielo se tratase, tenía una belleza indescriptible, su largo cabello y sus hermosos ojos celestes encajaban a la perfección con esos finos labios y esa piel tan blanca como la nieve

Su mirada se dirigió hasta donde estaba y sonrió, mi corazón se acelero ante la idea de ser descubierta embelesada por su belleza, pero cuando ella se giro para hablar con un hombre a su lado, pude suspirar con tranquilidad, me encaminé entre la gente, escabullendome cuál ladrón

One-shots. Historias Cortas GLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora