Hoy en la mañana, el jefe del circo nos había dado un aviso de que, después de la función de las seis y media de la tarde, deberíamos reunirnos cerca del remolque de los trapecistas. Nadie sabe lo que es, pero muchos están nerviosos porque piensan que la razón del llamado es por la falta de dinero, lo cuál significaría que varios tendrían que irse.
[...]
En cuanto la función se terminó y el último espectador salió, todos se dirigieron hacía el remolque, incluso yo, que para mi punto de vista, no tengo nada que hacer ahí, yo no tengo ningún acto, solo soy el hijo de la "encantadora de serpientes".
—Gracias a todos por venir... —intentaba decir el jefe, pero con tanto barullo nadie podía escucharlo.
"¡OIGAN!" gritó mi madre, todos nos voltearon a ver y yo simplemente oculté mi cabeza, "gracias por dejarnos en ridículo, mamá" pensé.
—Gracias Lila —le respondió a mi madre y siguió hablando—. Todos cálmense, no tienen por qué alterarse...
—¿Entonces por qué nos hizo venir a todos? —preguntó el señor Johnson, uno de los magos.
—Los hice venir porque quería que estuvieran todos presentes para darle la bienvenida a la nueva integrante de esta gran familia —dijo e hizo una señal—. Ella es Minerva Reith.
Todos nos giramos a ver a la señora que salia de detrás de uno de los remolques. Era alta, delgada y con cabello corto de un color rojizo, igual al mío. Llevaba puesto un sombrero y portaba un bolso de mano.
Detrás de ella, aferrada a su vestido, venía una niña de no mas de doce años con cabello largo pero, al contrario de la señora, ella lo tenia de color negro. ¿Sería su hija?
Se posicionaron justo al lado del jefe, Minerva portaba una gran sonrisa en su rostro.
—Un cordial saludo a todos —comenzó la mujer-, espero que todos nos podamos llevar muy bien y que todo lo que venga lo podamos atravesar unidos como una familia —Terminó su discurso y tomo a la niña por los hombros—. Ella es mi hija, Jemma Reith, espero que también pueda ser amiga de ustedes.
Terminó y comenzó a hablar el jefe.
—Ella será parte del acto secundario, al igual que el señor Cisero, sera integrante del grupo de los videntes y leerá las cartas —mencionó el jefe—. Espero que todo lo que dure tu estadía aquí sea la mejor, Minerva —estrecharon sus manos y volvió a dirigirse hacia nosotros—. ¿Quien podría hacerme favor de acompañar a Minerva y Jemma a su nuevo hogar? —preguntó.
—¡Yo!
Mi madre levantó la mano, ahora a parte de perder el tiempo, tendríamos una carga por un rato.
—Gracias... —la señora Minerva se detuvo—, disculpa ¿cual es tu nombre?
—Lila Valeska y este es mi hijo Jerome —dijo mi madre, sacudiendo mi cabello.
—Mucho gusto Jerome —me tendió la mano y la estreche—. ¿Que edad tienes? —preguntó.
Me quedé en silencio, ¿para que quería saberlo?
—Jerome, no seas descortés, por favor —dijo mi madre, presionando fuertemente mi brazo pero discretamente.
—Trece años, señorita —respondí.
—¡Maravilloso! Mi hija es un año menor pero no se nota la diferencia, contigo aquí supongo no se aburrirá ¿cierto Jemma?
Jemma solo asintió.
Comenzamos a caminar, mi madre y Minerva iban adelante, Jemma y yo atrás. Caminamos en silencio mientras mi mamá le explicaba todo a la de Jemma.
—¿Llevas aquí mucho tiempo? —me preguntó Jemma, sacándome de mis pensamientos.
—¿Que? —respondí.
—¿Eres sordo? Te pregunté que cuanto tiempo llevas aquí.
—No lo soy, solo que trataba de ignorarte —le dije y caminé rápido, dejándola atrás.
¿Quien se cree que es para hablarme así? No porque sea mujer debo ser cortés si ella no lo es conmigo. Ahora sé que es una niña tonta y mimada. Vaya suerte.
—Por aquí es dónde tu y... —mi madre no pudo terminar su frase por el grito que venía de detrás de nosotros.
Nos giramos y ahí estaba Jemma, tirada en el suelo, la muy torpe se había caído.
—Ay, ay, me duele —gritaba.
La señora Minerva corrió hacia ella y la sentó en el suelo dejando ver sus "heridas".
—¿Que fue lo que paso, Jemma? —preguntó su madre.
—Jerome, ¡Jerome me puso el pie a propósito! —dijo entre sollozos.
—¿QUE? ¿Yo cuando hice eso? —grité
—¡Jerome! —gritó mi madre, el mal se había desatado— ¿Por qué lo hiciste?
—N-no, pe-pero yo no lo hice. Yo iba adelante de ella ¿como podría haber hecho eso? —respondí nervioso—. Jemma, no mientas, ¡diles que no es cierto!
—¿Por qué mentiría? apenas y te conozco —dijo Jemma, abrazando a la señora Minerva.
Mi madre me miró con ojos llenos de furia y cuando hacía eso, significaba que llegando a casa no me esperaría nada bueno.
—Pídele una disculpa a Jemma —me dijo mi madre.
—N-no —titubeé
—¿Como que no? hazlo o ya verás...
—No es necesario —habló la señora Minerva—, seguro fue un accidente ¿cierto Jerome?
—Claro, claro que si. Lo siento Jemma —le tendí una mano para ayudarla a levantarse.
Luego de un par de minutos, llegamos al remolque donde estarían viviendo las recién llegadas. Gracias a Jemma tuve que sostenerla por todo el camino y no estaba tan ligera que digamos, gracias a ella y su mentira no podía quitarme el miedo de llegar a casa.
—Bueno, fue un gusto conocerte y espero de corazón que te sientas a gusto en esta tu nueva familia —dijo mi madre—. También espero que Jerome y la pequeña Jemma puedan entablar una amistad, ya que aquí no hay muchos niños de su edad.
"Si claro, después de lo que hizo, ni muerto vuelvo a dirigirle la palabra" pensé. Mi madre me tomó por los hombros y me hizo hablar.
—¿Tu no dirás nada, Jerome? —me preguntó.
—Pues ¿que puedo decir? les deseo lo mejor —contesté a regañadientes.
Nos despedimos y antes de llegar a Jemma, me fui, no la quería volver a ver ni en pintura. Emprendimos camino hacía nuestro remolque y a medida que avanzábamos, mi madre apretaba más y más mi brazo. No podía controlar mis nervios, ya comenzaba a sudar.
Por fin llegamos y mi madre me hizo pasar, me siguió y cerró la puerta detrás de ella. La batalla campal había dado comienzo...
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Everything Changes || Jerome Valeska
FanficDesde que llegó al circo de Gotham, Jemma cree estar ridículamente sumergida en un mundo tan extravagante, y tan vacío a la vez. Hasta que conoce al intimidante chico de cabello rojizo, Jerome Valeska. Jerome no era lo más convencional en el mundo d...