25. No me gustan las perdices.

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Porque prefiero que mires.

Esta pequeña descarada estaba jugando con él. 

Como si no fuera lo suficiente malo el acoso diario al que le tenía sometido.
Los últimos días ella lo había perseguido y tentado con su sexualidad.
Estaba molesta con él. Eso ya lo tenía claro. 

El hecho de que él se negara a consumar su relación física la tenía de los nervios.
El simplemente no quería precipitarla y agobiarle con su necesidad sexuales.
Se había mantenido dentro de sus pantalones y le estaba dando espacio y tiempo para conocerle.

Cuando lo había hablado con los otros machos acoplados todos habían coincidido en lo mismo. Todas sus compañeras habían hablado de ir despacio y primero conocerse.
El le estaba concediendo eso a su pequeña descarada.

¿Y como se lo recompensada ella? Con insinuaciones y provocaciones.
La última la noche anterior. La muy pícara había esperado a se todos hubieran acabado de cenar y se hubieran reunido alrededor de la televisión a ver una película. Entonces ella alegando que hacia mucho calor distribuyó polos y helados entre todos. Y él tuvo que soportar verla lamer el postre.

La muy descarada se aprovechó de la semioscuridad y de que las pequeñas se habían sentado en el suelo más cerca de la tele dejándoles el sofá a ellos dos, luego mirándole a los ojos emprendió su asedio.
¿Quién diablos de comía un helado en horizontal?
Aunque el colmo fue cuando cerró los ojos y se lamio los labios.
Ante esto el tuvo que retirarse, alegando necesitar ir al baño. Pero con la sonrisa que ella le dedicó dejó muy claro que sabía a dónde iba el. 

Y que iba hacer.

Y ahora esto.
Desnuda, en su cama y con esa pluma acariciando...

NO! Esto ya era demasiado.
Esa pequeña gatita descarada quería jugar.
Pero lo que nunca tuvo en cuenta es que una gatita no era rival contra un León.
No por nada era el Rey de la selva.
Y el ya había sido suave y le había dado tiempo.

-Que miré?? No pequeña descarada, me parece que estas un poco confundida. Aquí las órdenes las doy yo. Y yo no te he dado permiso para tocarte. Me parece que voy a tener que castigarte.

Ella abrió ampliamente los ojos ante el tono ronco y autoritario de el.
El hecho de que mientras hablaba seguía retirándose ropa de su cuerpo también contribuyo a que se quedara boquiabierta.

Cuando el dejó que los pantalones se deslizaran hasta el suelo , ella se dio cuenta de 3 cosas.
La primera que él no era un fan de la ropa interior.
La segunda que nunca antes le había visto desnudo.
Y la tercera que OHHH DDDIIIOOSSS MIIIIIOOOOO!!!

Vale, ESO era demasiado. Y ella no se avergonzaba en admitir que su primer instinto fue huir. Pero estaba tan fascinada por la gran, inmensa, visión ante ella que decidió ignorar su instinto de supervivencia.

-Castigarme? Como??

-Creo que con unos azotes bastará. Empezaremos por 10.

-Y si digo que no?

-No era una pregunta.

Y ahí si que Lucy intentó huir, rodó por una lado de la cama , y si no fuera por la velocidad extraordinaria de él podría haber llegado a la puerta.

 En lugar de eso quedó atrapada bajo dos metros de excitado especie.

El atrapó sus manos sobre su cabeza y lentamente descendió el resto de su cuerpo sobre ella, quien respingo cuando el torso de él entró en contacto con sus suaves senos.
Y asegurado de mirarla a los ojos descendió la parte inferior hasta esta tocó la parte baja de su cuerpo. Y el hecho de que ella tuviera las piernas abiertas contribuyó a que fuera una larga y sensual caricia donde la punta de su erección tocaba la entrada de su núcleo.

-No tengas miedo.

-No lo tengo. Es solo que eres tan grande.

-Tu cuerpo y el mío están hechos para encajar. Esta primera vez te tomaré de frente y te permitiré adaptarte a sentirme dentro. Pero antes ...

Ella no se esperaba la lentitud y paciencia con la que él descendió sobre su cuerpo. Empezó besándole el cuello , luego bajo a los pechos a los cuales trató como fruta madura. Estrujando suavemente mientras mordía los pezones.
Lo siguiente fueron leves caricias y lametones sobre su monte de Venus y cuando finalmente su lengua llegó a clítoris de ella. AAAHHHHH GGGRRRR

El largo gemido de ella combinó  con el gruñido de él. Como un gatito satisfecho que por fin probaba su leche.

-Espera Leo , para , es mucho.... es demasiados.... no pares... estoy cerca... Oh Dios... estoy cas...

Ella tuvo un orgasmo en medio de gemidos sin sentido. Momento que el aprovechó para volver a elevarse sobre ella y luego después de subirle una pierna para abrirla más ampliamente penetrar en su interior.
Era como volver a casa.
Así entre caricias, gemidos y goce consolidaron su relación.

-Dime que eres mía. Sólo mía.

-Sólo tuya

-Dime que te quedarás conmigo para siempre.

-Ohh siii. Me quedaré contigo Leo, seré tu mujer. Tu compañera, lo que tu quieras.

-Dime que me amas.

Ella se quedo paralizada y esta vez le miró a los ojos.

-Dímelo tu primero.

-Te amo pequeña descarada.

Y mientras ella deslizaba una caricia desde su espalda a su cola con las piernas y se quedaba abrazándole de forma posesivo con ella, le sonrió , le beso.

-Te amo Leo. Te amo muchísimo.

-Ya lo sabía pero me gusta oírtelo decir. Ahora córrete para  mi.

Y ambos disfrutaron de su orgasmos juntos.
Luego mientras se acariciaba y robaban besos.

-Ahora es cuando somos felices y comemos perdices ???

-Prefiero comerte a ti.

Chicas se avecina el último capítulo. La próxima historia será sobre la guerrera Rata. Y el protagonista masculino será? ????
Tenéis hasta mañana para decidirlo.
V O J???


Leo (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora