58 días (Solangelo)

Parte sin título 3

No podía decir que no le sorprendiera la presencia de Annabeth.

La chica no le caía mal, siempre le había tratado bien a pesar de todo, y no muchas chicas serían amables después de averiguar que habías estado enamorado de su novio, pero ella nunca se había molestado por ello, es más, ella le había sonreído cuando él se había confesado a Percy.

Pero ellos nunca había sido exactamente amigos, o eso creía Nico, todos solían salir juntos, es verdad, pero ellos rara vez hablaban entre sí, y por eso no era capaz de entender que hacía la hija de Atenea sentada en su cama.

-Entiendo que te sorprenda verme aquí- comenzó ella- pero quería hablar contigo...

Entonces lo entendió todo

-Te agradezco el interés, de verdad, pero si Percy o Jason te han enviado puedes decirles que estoy bien y que deben dejar de preocuparse.

- En realidad estoy aquí por mi cuenta. Quiero que sepas que entiendo por lo que estas pasando Nico.

El hijo de Hades hizo un esfuerzo por no rodar los ojos, si le dieran un dracma por cada vez que había escuchado eso en los últimos días...

Annabeth esbozó una pequeña sonrisa al notar su expresión

-Se que ya te lo han dicho muchas veces, pero esta vez no son palabras de aliento, realmente se por lo que pasas, al fin y al cabo, pasé lo mismo cuando Percy desapareció...

Todo el mundo trata de animarte, todos tratándote como si fueras de cristal y estuvieras a punto de romperte en cualquier momento, y no entienden que no importa lo que digan, que lo único que importa es esa sensación de vacío que te dejan cuando se van y la angustia que te acompaña cada día por no saber que ha pasado, ni que pasará...

Era increíble, todo lo que sentía, todo lo que no le había dicho a nadie, esa chica acababa de describirlo con total claridad.

-Ves- dijo con una sonriendo la rubia- te dije que te entendía. Mucha gente aquí ha perdido amigos o hermanos, pero eso nunca es igual a perder a... esa persona.

-Como sabes que es igual- preguntó Nico- quizás para ti fue peor de lo que esta siendo para mi, es decir... tú y Percy, sois como ¿La gran historia de amor del último siglo?

-Eso no es verdad, nosotros...- dijo Annabeth comenzando a sonrojarse

-Por el amor de Hades, caísteis al tártaro juntos, habéis luchado codo con codo desde los doce años ¿Por qué comparar algo como eso con lo que nosotros teníamos?- en seguida se dio cuenta de lo que había dicho- lo que nosotros tenemos...

- Porque he visto como le miras... y he visto como Will te mira a ti

Al instante un rubor completamente indeseado se extendió por las mejillas del hijo de Hades.

Seguía siendo una situación un tanto extraña pero Nico realmente lo agradeció, no había notado lo mucho que necesitaba hablar hasta ese momento....

Hablar de todo lo que pensaba y sentía sin adornar nada.

Nadie había sabido de sus incursiones en el mundo de las almas, no quería que nadie le juzgara, ni le prohibiera hacerlo, como el propio Will haría, pero sobretodo no quería que nadie supiera lo desesperado que estaba en realidad.

Annabeth únicamente le aconsejó que tuviera cuidado y que tratara de que no se le fuera de las manos, reconociendo que en su búsqueda de Percy también ella había recurrido a todo lo que estaba a su alcance en esos momentos, fuera seguro o no.

Siguieron hablando durante toda la tarde.

-Gracias- dijo el hijo de Hades después de una horas.

- Por?- preguntó ella, se alegraba realmente de haber tomado la decisión de acudir a hablar con el chico.

-Por todo, solo... gracias.

En el momento exacto en que la rubia le dedicaba una sonrisa llena de cariño al chico, Jason entro como un vendaval en el cuarto.

-Han vuelto- dijo casi sin aire