Tanto tiempo pasó,
boli en mano, mal de amor.
Después del abrasador infierno,
me dejaste ver un pedacito de tu cielo.
Más este dolor no ha desaparecido,
intento navegar en el mar de tus olvidos.
Como dijo Don Dieguito:
Qué corto es el amor,
y qué largo es el olvido,
cuando la soledad se sienta a cenar conmigo.
Conmigo,
ahora no soy ni un amigo.
Una vez pude entrar en tu castillo,
ahora me mantengo en el exilio.
Pero es obvio y merecido.
Dados mis actos parecidos a los de un bandido.
Mi único castigo:
el destierro del paraíso.
Donde las noches de verano,
aun estando a veinticuatro,
existe el frío de miocardio.
Creía que el corazón me fue robado.
Y fue así,
hasta que descubrí:
la miel de tus propios labios.
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Versos de Mano muerta
PoetryMe tienes hasta las trancas. No son ni rimas buenas ni nada de eso, es sentimiento expresado. No esperes un gran trabajo.