Capítulo tres

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Y fue así, se mudaron para el día siguiente en un amplio departamento. Para Pedro le parecía muy cómodo tener al fin su propia pieza, donde tener sus cosas, sin estar compartiendo con su patético hermano el cual era muy irritante.
Su padre no parecía destruido, aún seguían con los papeles del divorcio y éso pero al parecer se sentía "libre" con deshacerse de aquella atadura al cual denominaban matrimonio.
Pedro estaba muy animado, quedarse con un departamento a solas le parecía genial, comer comida, dormir, ver televisión hasta tarde... Lo típico de un chico, ya que su padre era el jefe de un gran hospital y un excelente médico cirujano. Estaba en las vacaciones asi que no se preocupaba en lo absoluto con el colegio y era lo mejor.
Días después su padre llega, pero parecía que no estaba solo... Traía a una mujer consigo:
-Hijo... Te quiero presentar a Laura... Es una bella mujer con la salgo ahora.
La mujer pareció ruborizarse con éso. A Pedro le pareció algo tonto pero gracioso.
-Bien... Mientras seas feliz papá... -susurró con algo de vergüenza al notar lo que salía de su boca.
-WAAAAAH!-exaltó la mujer con ese cabello corto castaño que voló por los aires por un momento (a pesar de ser corto)
Esteban se veía muy feliz y enamorado. Pedro contemplaba a ambos riendo y tomando unas copas de vino.
Preguntándose a si mísmo:
-cuándo será que me enamoraré así... -abrió los ojos y se dió cuenta de su pensamiento, se asustó para sí. Le parecía tonto y fantasioso.
Éso...va a dejar de pensar.

"Hermanastros"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora