Capítulo ocho

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Tanto Pedro como Josh estaban quietos, mirándose,  apenas se conocían pero ellos tenían algo que hacia que se atraigan mutuamente. Era extraño.
Para ambos el amor era una especie de ilusión creada por las personas fantasiosas de la vida.
Josh tomó lentamente su cara, viendo mas detalladamente sus pequeñas pecas: su toque especial como decía.
Pedro simplemente contempló su belleza más de cerca, con su corazón alocado.
Se besaron, un buen rato quedaron unidos por sus labios. Ruborizándose mutuamente con las pequeñitas pausas para respirar.
El castaño se acomodó y se quitó los anteojos, mientras que el pelirrojo se acomodó un poco más para mas comodidad.
Así quedaron hasta que el sol había salido por completo.
Escucharon a Laura caminar por el pasillo pero no les importó, no querían parar por nada del mundo. Incluso Josh fue a llavear la puerta, Pedro estaba algo excitado, empezó a gemir suavemente al sentir los dulces labios de Josh, el obviamente ahogaba sus gemidos con mas besos.
Era amor a primera vista.... Amor tan puro y eterno.

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