Capítulo 3

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El rayo del sol entro por mi ventana y yo me desperté tan alegre como los demás días hasta que un horrible dolor en el tobillo del pie que tenía enyesado comenzó a molestarme a tal grado que me desesperaba el no poder moverlo, dolía mucho y yo que ya creía que esto de estar con esta cosa no sería tan difícil; en cuanto el dolor disminuyó logre pararme,tomar las muletas e ir a la cocina a desayunar, para suerte mía mis padres ya se habían ido y no había quien me ayudará a bajar un tazón para tomar cereal así que como pude me subí a una silla y de ahí a la pequeña parte de mesa que estaba al lado de la estufa y con el mayor cuidado de no caerme para no romperme alguna otra parte del cuerpo, jale un tazón de la puerta que se encontraba arriba de mi; que triste fue la realidad que después de hacer todo aquello me diera cuenta de que ya no había cereal gracias a que cierta persona que mis padres consideran que es un ángel se lo comió todo además de acabarse la leche y dejarme sin nada con que pudiera alimentarme.

Rindiéndome por no encontrar algo comestible en mi casa me decidí por agarrar un gelatina que estaba hasta el fondo del refrigerador, se veía algo congelada y ni hablar del color que tenía, no me importó su aspecto ya que lo que tenía era demasiada hambre, mi estómago pedía comida y mi cerebro se negaba a acceder a ello como si supiera que con comer la gelatina comenzaría a subir de peso nuevamente; deseche esa idea de mi cabeza automáticamente y comencé a comer la gelatina después de todo no recordaba cuando fue la última vez que comí algo por voluntad propia y no porque mis padres me vigilarán para que lo hiciera.

Mentiría si dijera que no esperaba un mensaje de aquel chico raro, es decir, solo habia pasado un dia desde que hablamos y aun así seguía sintiendo una enorme curiosidad que crecia dentro de mi, lo que provocaba que cada cinco minutos volteara a ver mi Blackberry con la esperanza de ver algún mensaje pero nada sucedía, comenzaba a creer que igual y lo habia asustado como a veces dicen mis amigas que hago con los hombres, no es mi culpa ser tan fría con ellos y a veces hablarles cortantes; en fin que importa solo es alguien que acabo de conocer sin olvidar mencionar que tiene el teléfono de Becca y debo descubrir ¿cómo es que esta vez lo perdió? y ¿por qué este tipo decidió no regresarlo?

Abby me habia escrito un mensaje, quizás era la respuesta que había estado esperando desde ayer.

(Punto de vista: Alexander)

Me sorprende que después de dos días de que había encontrado este teléfono nadie había decidido llamar y preguntar por el, bueno tal vez no debería sorprenderme tanto ya que fui yo quien lo apago en cuanto lo encontró porque uno de mis amigos dijo que seria lo mejor para que nadie molestara en cuanto entraramos al cine. Pero ahora solo pienso que debí haber llamado a algún número que tuviera en los contactos para entregárselo y que se lo devolviera a la persona a la que pertenecía; había comenzado a buscar entre sus mensajes más recientes cuando la foto de un chat me llamó la atención, pero apenas empezaba a abrirlo cuando llegó un mensaje a ese mismo el cual hablaba de que regresaría pronto a la escuela por lo que necesitaba los apuentes y las tareas para ponerse al corriente además de haber mencionado a una tal Becca.

¿Será Becca la dueña de este celular?

Tenía que pensar bien mi respuesta antes de responderle, después de todo ¿cuándo llegas a hablar con una completa extraña por celular?, si he dicho extraña porque se que es una ella, no solo porque esta guardada con el nombre de Leila, ese tiene que ser nombre de una chica ¿no?, sino también porque en su foto aparecia una chica con vestido la cual se encontraba de espaldas con cabello rizado y de un color castaño rojizo, pero no se le veía la cara así que no podía determinar si era una chica que tuviera un lindo rostro o fuera como muchas que se maquillan en exceso y parecen haberse echado los kilos de harina en la cara. Al final decidí por escribir un mensaje tan simple, no esperaba que me respondiera pero tampoco creía que ella supiera lo que había pasado con este celular.

Ella si me respondió y aunque yo lo único que quería era saber realmente su nombre ella parecía insistir continuamente con querer saber quién era yo y como era que yo había conseguido este celular, pero decirle lo que había sucedido tal vez significaria perder todo contacto con ella y probablemente hasta el poder regresarlo; decidí que lo mejor tal vez sería que ella supiera mi nombre, quizás así ella dejaría de ser tan insistente pero eso no quitaba que ella aún no me quisiera decir su nombre, hasta ahora solo sabía que estaba guardada con el nombre de Leila y que era una chica demasiado insistente como lo son los detectives en los libros o incluso a veces en las películas.

En cuanto leí sus buenas noches decidí hacer algo que jamás había hecho, lo cual consistia en escribirle un "sueña conmigo", yo sabia que eso tal vez lo haria enojar ya que no habia respondido a sus preguntas y me dedicaba a evadirlas; esperaba una respuesta pero solamente aparecia su última hora de conexión la cual habia sido hace menos de dos minutos, tenía ganas de hablarle pero no de responder preguntas asi que mejor para evitar la tentación decidí apagar el celular y guardarlo en mi cajón.

No habia podido dormir en toda la noche por estar pensando en la chica del chat, tal vez deberia de ver si ella envió algún mensaje o algo que se le pareciera pero al prender el celular y esperar a que se pusiera la pantalla principal me di cuenta de que ella no habia enviado nada pero si pude notar que estaba conectada, tal vez deberia hablarle y si ella no me responde entonces me dare por vencido y me desharé de este teléfono antes de que me llegue a sentir rechazado por ella.

Yo: Hola! :)

No se exactamente la razón de los nervios que habia comenzado a sentir, tratando de ignorarlos volvi a mirar sus foto y pensé que tal vez podía buscar alguna de ella en el celular después de todo si eran amigas debia de existir alguna foto. Antes de cerrar el chat me fije en su nombre y solo vi que seguía en línea pero no podía saber si ella ya habia visto el mensaje o si pensaba en responderme.

Y con los nervios a flor de piel decidí que tal vez lo mejor sería tranquilizarme y tratar de buscar una foto de ella.

¿Por qué Mel? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora