15/02/2013
- Me pregunto porque la mayoría de las personas solo usan el catorce de febrero para darse chocolates, peluches, flores y todas aquellas cosas que hemos visto que la gente se regala cuando es San Valentín. - comentaba con Shana mientras observábamos la fotografía del enorme ramo de flores que mi prima había recibido ayer por la tarde.
- He comenzado a creer que dices eso porque no recibiste nada ayer por parte de quien te gusta, además de que le tienes celos a tu prima. - mencionó ella como si eso no pudiera herirme o hacerme enojar el comentario.
- Yo no le tengo celos a mi prima, es solo que a veces pienso que las personas podrían regalarse cosas sin motivo alguno, no creo que sea necesario que esperen una fecha importante como un aniversario o incluso que tengan que esperar a San Valentín.
Y lo decía en serio ya que se me hacía de lo más tonto tener que regalar algo en esos días.
Shana solo se me quedaba mirando con una expresión que decía que en definitiva no me comprendía, no podía culparla, a veces ni yo misma me entendía.
- ¿Cuánto tiempo más estaremos esperando a la maestra ? - me preguntó Shana mientras volteaba a ver su celular para ver la hora.
- Hasta que nos abra la puerta ¿quizás?
- Ya llevamos unos 40 minutos aquí afuera, ¿estás segura que te dijo que pasaras a entregar hoy el proyecto a su cubículo?
- Si, hasta se lo pregunte a la hora de la clase. - me quedé mirando a la puerta ya que a mí también se me hacía raro que ella no abriera sabiendo que íbamos a ir a dejarle el trabajo.
- Y si mejor se lo das el Lunes... No creo que por unos días te baje demasiado la calificación. - yo solo asentí con la cabeza, mientras ella caminaba hacia su mochila y yo deslizaba el trabajo por debajo de la puerta, después de todo tenía que verlo en algún momento.
Shana tomó su mochila y yo comencé a bajar las escaleras mientras comentábamos lo de las becas para la preparatoria, estaba demasiado nerviosa de no conseguir una, yo en serio la necesitaba. Mi cabeza había comenzado a pensar en todo lo malo que pasaría si no lograba conseguir aquella beca y también en todo aquello que debía hacer para conseguirla.
Todo pasó tan rápido, cuando me di cuenta yo ya estaba en el piso y con mi pie derecho doblado de una manera tan rara que ni yo sabia que eso era posible, dolía tanto que no podía ni levantarme así que lo único que se me ocurrió fue acomodar mi pie a la posición que yo consideraba que estaba normal. Shana solo me veía con una expresión de arrepentimiento y preocupación.
- ¡No llores, por favor no llores! - comenzó a gritar Shana cuando vio que me costaba trabajo levantarme del piso.
- ¡No voy a llorar, solo ve por la enfermera! - le grité al mismo tiempo que lograba ponerme de pie, pero no dure demasiado así ya que volví a caerme y mi pie volvió a doblarse de una manera extraña.
Shana salió corriendo en busca de la enfermera, mientras yo volvía a intentar levantarme; debo admitir que Shana para ser una de las chicas más inteligentes de la clase en definitiva no sabía qué hacer en una situación como esta.
Shana debe de medir maso menos un metro sesenta, con cabello de color chocolate y unos grandes ojos grises en los que podías ver su alma, era bonita debo admitirlo.
-¿Necesitas ayuda? - y levanté la cabeza para ver quién me hablaba, era un estudiante que probablemente era un año menor que yo.
- Si, gracias - dije mientras me ayudaba a ponerme de pie, me ayudó a llegar a un muro, él espero a que me recargara en el y después se fué.
No tuve que esperar demasiado tiempo ya que unos cuantos minutos después llegó la enfermera junto con otras dos personas que no conocía las cuales me ayudaron a llegar a la enfermería.
- No deberías ser tan exagerada, después de todo si pudiste levantarte también hubieras podido caminar hasta la enfermería. - y a la vez que me decía todo eso me señalaba una silla en la que debería sentarme para inspeccionar mi pie.
- Creo que me lo fracturé. - fue lo único que pude decir cuando vi mi pie rojo e hinchado.
- No, solamente está esguinzado así que te daré unas muletas para que puedas irte a tu casa.
- En serio estoy segura de que me lo fracture, después de todo no creo que por un esguince se vea así - y sabía que no se veía así ya que solía esguinzarme muy seguido gracias a mi falta de equilibrio.
- Pues entonces cree lo que quieras, te daré unas muletas y ya - la enfermera me acercó unas muletas mientras me veía con cara de enojo, así que para hacerla enojar más solo se me ocurrió preguntarle cómo se suponía que iba a caminar con eso a lo que ella me miró mal y yo tuve que salir corriendo en muletas de la enfermería.
En cuanto mis padres me vieron con muletas corrieron hacia mí, lo que provocó que yo llorara y unos cuantos minutos después terminara en el hospital en donde ellos trabajan y si tal como le había dicho a la enfermera lo tenía fracturado además de que me había machacado un pedazo de hueso y cartílago, ni siquiera sabía que eso era posible y ahora sí puedo decir que tengo una suerte demasiado buena, nótese mi sarcasmo, tal vez la única cosa buena de esto era que no podría ir a la escuela por un mes ya que siendo tan intrépida como soy podría romperme alguna otra cosa y bueno mis padres querían evitar eso.
Mi papá lo llama a esto la maldición de los quince años ya que él se rompió el pie a mi edad, solo espero que me quiten el yeso para mi cumpleaños ya que no creo poder estar inmovilizada tanto tiempo.
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¿Por qué Mel?
Genç KurguLeila es demasiado despistada para darse cuenta de que el la quiere. Alexander tiene miedo de volver a ser rechazado por una chica. Ella tiene el corazón tan frío como el hielo. Dos caminos diferentes unidos por una apuesta entre amigas y un celul...