Lejos de ti (Camren)

Intro

La noche estaba muy tranquila en Miami, la suave y cálida brisa de la cuidad daba una sensación de paz en todos los hogares.

En una pequeña casa alejada de la playa, vivían dos de los criminales más buscados del país y sus dos pequeñas hijas.

*sonidos de disparos*

—¡NO! ¡A mis hijas no!—suplicaba la madre dentro de la casa

—esto va por la esposa del jefe—eran tres personas vestidas con trajes elegantes negros y unas máscaras del mismo color

—les suplico, mis hijas no tienen la culpa—la señora intendente levantarse, pero un disparo en la pierna se lo impedía.

—¡JA! Despídase de sus hijas, su marido y su vida—una bala atravesó la cabeza del padre, una llego al pecho de la madre dejándola al borde de la muerte. Al fondo se podía escuchar el pequeño llanto de las bebes, ahora huérfanas y sin nadie que las protegiera.

*sirenas de la policía*

—mierda, tenemos que irnos—dijo uno de ellos limpiando las huellas de su arma

—¿qué hay de las niñas?—preguntaba el otro haciendo lo mismo que su compañero

—¡IMBECILES! Es tiempo de irnos, las niñas no importan, importaban sus padres. ¡¡Muevan sus traseros!!—un auto llego a recogerlos y salieron de la casa, dejando sus armas sin ningún tipo de rastros en el piso.

—se estima la muerte del señor a las 2:03am—los paramédicos envolvieron el cuerpo en una funda—la señora tiene que ser llevada de inmediato al hospital, tiene una seria herida de bala perforando su pulmón.—un enfermero intentaba regular los signos vitales, de la aún viva señora.

—¿han encontrado algo?—dijo el capitán de policía

—tres cartuchos de bala de 9mm, las armas fueron dejadas aquí. No hay huellas—recogían las muestras en pequeñas bolsas

—¡hey! Capitán—gritó uno de los policía —hay dos niñas aquí, tendremos que llevarlas a servicio social hasta que su madre se recupere

—¿alguno de los padres a sido reconocido?

—no señor, ambos con identidades no registradas

—esperen los resultados de la madre, y procuren que las niñas tengan un buen cuidado—ambas estaban llorando y al ver que no se calmaban se acercó a mecer a una de las bebes —pero mira que hermosos ojos tienes, estarás bien pequeña—logró que se calmara mientras le cantaba una canción de cuna y otro de los agentes hizo lo mismo con la otra niña.