Lejos de ti (Camren)

Cambios

*llamada*

—Mariee regreso del coma

—¿y usted es?

—19 años a pasado durmiendo y no me recuerda, me debe algo todavía

—yo no le debo nada a nadie

—su esposo está muerto, sé que está buscando a sus hijas ¿Segura no me debe nada?

—arruinaste mi vida que más quieres de mí

—ya que no cumpliste el último trabajo, te tengo uno.

—no mataré a nadie. Ya no más.

—tú no decides Marie, te ayudaré a recuperar a tus hijas. Es sencillo

—habla antes de que me arrepienta

—¿conoces a Megan fox?

—no no la conozco

—una actriz y modelo muy famosa. Vive en tu ciudad con su familia. Su padre tiene un par de asuntos pendientes. Que te parece si vas y lo asustas un poco

—¿solo asustarlo?

—si, solo asustarlo. Tiene deudas, tú sabes de qué hablo. Me debe la fama de su hija y no ha pagado, hazlo y te doy información sobre tus hijas.

—¿qué pasa si no lo hago?

—Marie, querida y adorada Marie, olvidas lo que pasó la última vez. Sé que estás viviendo con el investigador Jauregui, no cumples y todo tu pasado llegara a sus manos. Disfrutaras tu estadía en prisión o tu condena de muerte. No tienes nada que perder, ya lo has perdido todo. Te estoy dando la oportunidad de recuperar a tu familia o parte de ella. Te estoy vigilando.
Te llegara la información de la familia Fox en unos minutos. Nos vemos pronto.

*fin de la llamada*

...

•Lauren•

A pasado mucho tiempo en el que le he demostrado a Camila que quiero estar con ella. Sigue con dudas pero hoy le tengo una sorpresa. Megan y Dinah me ayudaron.

Me levante como cualquier día en la mañana, solo que esta vez es muy temprano son casi las seis de la mañana. Iré a la casa de mi morena. Dinah me había ayudado a conseguir una llave de su departamento. En la noche de ayer compre lo necesario para prepárale el desayuno.

Prepare algo simple huevos con tocino y jugo de naranja. Unas deliciosas crepes con nutela que tanto le gustan y chocolate caliente. Subí a su habitación y deje en el mueble la comida en una bandeja. Me acosté a su lado y la llene de besos la cara ella lentamente se estaba despertando

—¿cómo entraste?—decía adormilada

—Dinah—ella solo suspiro

—que hora son?

—casi las ocho—Camila no abrió los ojos en ningún momento

—quiero seguir durmiendo—tenía la voz baja y le costaba hablar, sus ojos no se abrían

—levántate camz, te hice el desayuno. Vamos dormilona despierta—comencé a besarla por toda la cara hasta que por fin abrió los ojos

—que me despiertes así a diario sería perfecto—sonrió y se levanto de la cama, antes dejándome un beso

—sería perfecto que te lavaras los dientes antes—reí