Llévame

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Si desnudara tus pensamientos, ¿Con qué me encontraría?

Si me dejase inundar por el mar de tus intensiones más profundas,

Si me envolviera de tus anhelos más secretos,

De tus ideas más ingobernables, ¿Qué sentiría?


Ayúdame a llegar y sumergirme en ellos.

A embeber mi curiosidad en sus detalles, a tocarlos con mis dedos,

Y pintar el firmamento con la complejidad de sus colores cautivantes.

Impregnarme de ellos, y avistarte mientras los contemplo.


Te lo suplico. Permíteme tomarlos en mis manos y respirar con ellos.

Prometo no juzgarlos. Prometo escucharlos, entenderlos,

Y por sobre todo disfrutarlos, pues pertenecen a quién despertó ésta devoción,

Éste calor abrasador, éstos intensos sentimientos.


Mira a través de mí, y se extenderá por ti la calidez de mi querer sincero.

Profesando el ardor de la honestidad de mi deseo,

Contempla mi corazón, de tu cariño sediento,

queriendo conocerte y escudriñarte por completo.


Concédeme el privilegio de comprender tus virtudes, tus defectos.

Ayúdame a poder alimentar éste imperioso anhelo.

Acepta mi petición, muéstrame por favor, déjame verlos,

desnuda frente a mí tus pensamientos.


Quiero sentarme a la orilla de tus recuerdos, y beber de a sorbos tus memorias.

Llorar de la sensación que dejaron tus hondos dolores,

Y al sentir el gusto de tus alegrías y glorias, reír por horas.

Quiero suspirar, mientras percibo el sabor de tus colosales victorias.


Pretendo que tu tomes mi mano fuertemente y me lleves hasta ellos.

Me los descubras, pues también procuro el encuentro con tu rostro perplejo.

Mientras los recuerdos se elevan frente nuestro, ver la expresión de tus ojos,

y ser cómplice de tus invisibles antojos, para poder volar sobre aquel cielo de sueños.


Muéstrame la senda, guía este corazón sediento.

Llévame a tus pensamientos y desnúdalos por completo.

Yo seré feliz de poder al fin encontrarlos y conocerlos,

pues me revelaran tu ser en su estado más vulnerable, puro y secreto.


Me llenaré de impetuoso amor y ellos como lluvia caerán encima nuestro.

Te daré mis brazos y tú te cubrirás con ellos,

Y compartiremos ésta confianza desmesurada,

allí, al fulgor del paisaje de tus pensamientos.

Encuentros: Poemas tras las huellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora