Capítulo 3: Destino cortado - Cuatro caminos separados.

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Era un día brillante y cálido, con una fresca y encantadora brisa primaveral mesiendo las hojas a su son.

Una vasta y rica tierra, con una belleza natural cautivadora. En medio de éste hermoso paisaje se encontraba una gran mansión, tal era su tamaño que rivaliza con un castillo.

 En medio de éste hermoso paisaje se encontraba una gran mansión, tal era su tamaño que rivaliza con un castillo

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De pie en el balcón de una de las torres se encontraba una hermosa dama con la vista perdida en el horizonte.

En las delicadas facciones de su rostro se podían apreciar rastros de preocupación, sus finas manos subieron hasta los bordes del balcón y se cerraron ante la impotencia

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En las delicadas facciones de su rostro se podían apreciar rastros de preocupación, sus finas manos subieron hasta los bordes del balcón y se cerraron ante la impotencia.

De la nada una sombra cruzó el espacio tras ella y apareció un hombre.

-Mi señora.

-Kakashi

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-Kakashi... -volteó a verlo -¿Ya... se lo has entregado?

-Hai.

-Gracias.

-No hay necesidad de agradecer, sus deseos son órdenes.

Ella sonrió con dulzura -Aún así esto podría traerte problemas.

El silencio se prolongó durante un instante que pareció una eternidad.

-Hay algo que te aqueja ¿Me dirás la razón?

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