capitulo 4- al rescate

246 19 1
                                    

Todo lo que no quería que pasara pasó. Tenían a mis hermanas y yo no sabía que hacer. Mi madre, Sarím, me dijo que eran unos seres fríos y con un aura oscura, que eran vampiros, almas frías y sangrientas que solo piensan en matar. Pero que solían matar humanos, los hombres y los lobos se distinguen por sy olor y confundirlos es poco habitual. Se quedo pensativa unos segundos, puso una cara como diciendo 'mierda' y no quiso decirme lo que había averiguado. Se fue rápidamente de la habitación en la que nos encontrábamos. Me quedé con las ganas de saber más, así que la seguí, y entro a una habitación de la casa en la que nunca había entrado, allí estaba la abuela Lauren y empezaron a hablar. Me pude enterar de poco pero pude escuchar mi nombre y que a por quien iban era a por mi. También escuché algo de que era de los pocos de mi especie que seguía viva. Entonces Sarím abrió la puerta y me dio en toda la cara. Entonces fue cuando me descubrieron.

Me lo explicaron todo, parte por parte. Total, que soy una ninfa de la Luna. Y los vampiros nos odian, por una lucha entre ninfos y vampiros que hubo hace miles de años, en la cual salimos como vencedores. Pero, porque se llevaron a mis hermanas? No lo sabía, pero si sabía que las iba a recuperar.

Me colé en la habitación de la abuela Lauren, que aparte de ser la loba más sabia, también es la curandera y la hechicera por así decirlo. Busqué algún frasco con algo que me pudiera llevar a donde deseaba. Cogí varios frascos, uno de sueño, otro de petrificación y una capa de invisibilidad. Vale, me faltaba solamente encontrar el lugar en el que se encontraban. Decidí sentarme a pensar, haber si así se me iluminaba el cerebro. Entonces me vino una imagen a la cabeza, el lugar en el que se encontraban, también salió el castillo más de cerca y vi a mis hermanas en las mazmorras atadas. Querían que fuera allí, y cogerme a mi.  Por eso me dejaban ver el castillo, porque de normal suelen echar una especie de hechizo para ser transparente para los humanos, y al ser así, me sería imposible ver donde se encuentra.  Vale, ya sabía donde estaban, solo faltaba ir a por ellas.

Me decidí a ir en su busca, me preparé, ya llevaba los hechizos, y la capa solo necesitaba un poco de suerte de la luna.

Ya me encontraba frente a la puesta del castillo, yo llevaba la capa y asi no me veían, aproveché un descuido de un guardia para entrar al castillo, solo me faltaba encontrar las mazmorras. Cuando las encontré, me quité la capa y la deje caer al suelo, después, fui aa intentar abrir la puerta. Pero todo iba demasiado bien. Debí hacer algo de ruido, porque noté esa sensación de maldad y el roce en mi espalda, también notaba su respiración en mi cuello y...

Vida entre lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora