Mi Cachorro

Capítulo 8

Hay cosas que exactamente no debería estar realizando cualquier lord y entre esas cosas exactamente  era estar acostado en el suelo de una de las habitaciones del castillo mientras su primogénito estaba mirándolo detalladamente y ligeramente golpeando con sus manos la cara de su padre.

Pero elos aquí estaban en este momento y aunque era posible que cualquiera en su lugar estuviera algo molesto o incómodo no era realmente su caso.

Sin duda el día había sido fuera de lo normal pero al estar frente a su pequeño no dudaba que recordaría en un futuro esta experiencia e incluso trataría la miko supiera de todo lo que tuvo que pasar por cuidarlo, bueno eliminando ciertos detalles pero vería eso en su momento.

Sus pensamientos volvieron a la realidad justamente cuando vio que su pequeño mostraba una mueca que  fácilmente hacia dudar sobre lo que pasaba pues parecía algo molesto, fastidiado y asqueado.

Esta última palabra lo alarmó e hizo que su estado de ansiedad subiera de un momento a otro,  pues nunca había tenido la oportunidad de ver esa mueva del pequeño.

Con pánico evidente y ansiedad solo había una posibilidad y esta era la menos agradable, el cachorro estaba a punto de vomitar ¿porqué ?

La verdad no quería saberlo, pero no quería tampoco verlo pues aunque no lo pareciera, el hecho de suponer que iba a pasar era más de lo que deseaba saber.

Pero antes de que pudiera llevar al pequeño a un área por así llamarlo segura de los labios del pequeño solo salieron unos balbuceos y volvió a su cara de tranquilidad.

Esto alivió e hizo que el lord solo hiciera una mueca de fastidio ligera pero no contra el pequeño sino contra su mente pues reconocía que estaba histérico y en pánico y para que al final del día solo fuera por unos balbuceos era demasiado.

Después de esa escena de pánico comprendió que era momento de intentar que el pequeño se durmiera porque si las cosas seguían su curso era realmente posible que le diera un ataque de nervios.

Así que tomó al pequeño en sus brazos y recordó como la miko le hacía una especie de cuna con estos, como si el cachorro espera algo lo vio directamente.

-Qué esperas duérmete - dijo el lord, sin embargo, el pequeño siguió observándolo.

-No voy a cantar como ella - dijo mirando al cachorro con reproche y como si este hubiera entendido empezó a hacer una mueca de llanto.

El gran lord del oeste se encontraba en una disputa interna nuevamente entre dejar que al cachorro llorando o cantarle como lo hacía la miko y ciertamente ninguna de las opciones le gustaba.

-No sé como va la canción de ella- dijo con una cara de derrota pero aun así el cachorro aún dispuesto a llorar empezó a  moverse sin embargo el lord solo lo mecía de lado a lado y haciendo un sonido leve de gruñido mientras inconscientemente empezaba a dar vueltas por el salón.