//Capitulo 3 //

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Maia Montgomery se despertó en medio de la noche sin saber donde estaba.Miró a su alrededor y de pronto recordó todos los detalles. La Escuela Da Vinci, aun no estaba segura de si aquello era un sueño o una pesadilla.

Se levantó de la cama tras un rato mirando al techo fijamente sin ser capaz de reconciliar el sueño. Y se acercó a la ventana procurando no despertar a su compañera de habitación.

Cuando aquella tarde Maia había llegado a la habitación no había nadie, tan solo un montón de maletas bien colocadas en un rincón.No tenía muy claro que se suponía que debía hacer y quedaba mucho tiempo para la cena así que Maia se había puesto a deshacer su maleta. Estaba sacando toda su ropa interior y guardándola en lo que supuso era su armario ya que había dos en la habitación cuando una chica alta y delgada abrió la puerta y entró a la habitación hablando por teléfono. Maia tiró rápidamente la ropa de nuevo ala maleta, no quería que su nueva compañera de cuarto la descubriese con prendas "intimas" en las manos, ¿que iba a pensar de ella? La chica la miró y guardó el teléfono.

-Hola, soy Brooke - dijo mientras se daba la vuelta y salía de nuevo de la habitación.

Aquellas eran todas las palabras que Maia había compartido con su compañera.No llevaba allí ni un día y ya echaba de menos su casa. Echaba de menos a sus hermanos corriendo por las escaleras y el olor de la comida de su madre, no podía creer que no iba a volver a oler ni tomar aquella comida tan deliciosa. De pronto oyó un ruido, algo así como los saltos de Thomas y Nicholas sobre los peldaños de las escaleras, pero mas fuerte. El ruido se hizo mas y mas fuerte progresivamente, ¿como era posible que Brooke no se despertase? Era como si estuviesen jugando un partido de futbol americano encima de sus cabezas. Maia corrió hacia su cama como cuando era pequeña y se iba a la cama de sus padres en mitad de la noche, y se tapó con las gruesas mantas hasta arriba. No sabía que era aquel ruido y no quería descubrirlo. Tal vez estuviese actuando como una niña pero debajo de las sabanas que olían a lavanda se sentía como si estuviese de vuelta en Texas, de vuelta en casa.

En otra parte del colegio Nix se enfrentaba a su propio miedo, llevaba dando vueltas en la cama horas. El viento entraba por la ventana abierta y movía las cortinas de forma que parecía que bailaban, lo cual le recordó a Blair. En la cama de al lado Anna Valdez dormía como un bebe y murmuraba cosas en sueños. Anna era una chica risueña y habladora. Desde que se habían conocido no había parado de hablar. Le había contado su vida entera, desde que era de Seattle hasta que tenía un perro llamado Gato.

Finalmente Nix se armó de valor y salió de la cama, habían sido muy claros sobre el toque de queda y salir de las habitaciones pasadas las 22:30de la noche pero no podía seguir allí metida ni un minuto mas. Las paredes se le echaban encima y necesitaba respirar, cogió su bloc de dibujo y cerró la puerta detrás suya. Caminó sin rumbo por los pasillos preguntándose cual sería la habitación de Blair hasta que el suelo estuvo demasiado frío bajo sus pies descalzos y se sentó con la espalda apoyada en una pared. Abrió su cuaderno y empezó a mirar viejos dibujos. Casi todos sos bocetos eran de bailarinas,todas y cada una de ellas con los mismos rasgos y los mismos movimientos elegantes. Nix comenzó un nuevo dibujo, una nueva bailarina, pero siempre su bailarina. Y así con la imagen de Blair en la cabeza y la luz de la luna entrando por las ventanas del pasillo Nix se quedó dormida.

***

El sol entró por la ventana abierta e hizo que Rose se despertase de pronto. Se incorporó a toda velocidad mientras la pesadilla que estaba teniendo se iba disipando. Miró el reloj y comprobó que era muy pronto para ir a desayunar pero muy tarde para volverse a dormir.Se dirigió al baño mientras el recuerdo de la pesadilla se esfumaba completamente, el sueño podía irse pero el recuerdo de lo que fue real siempre iba a estar ahí. Rose se inclinó sobre el lavabo y se echó agua fría sobre la cara en un intento de dejarlo todo atrás y despejarse. Al levantar la cabeza vio que no estaba sola en el baño.Su compañera de habitación, Amatista, la observaba apoyada contra el marco de la puerta.

DisappearanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora