La Princesa y La Bestia G!P(2 Temporada)

Capitulo 15

Bajé la mirada a nuestras manos entrelazadas, Lauren besó mi frente. Volví a sentarme como estaba antes y dejé caer mi cabeza en su hombro, nuevamente. Ella dejó caer la suya sobre la mía.

Lauren:¿Quieres contarme por qué estás triste? –susurró.

Desde allí veíamos perfectamente a los niños jugando los tres juntos. Había dos o tres niños más, pero ellos solo jugaban entre hermanos, por ahora.

Camila:¿No crees que tengo muchas razones para estar triste?

Lauren:¿Cómo cuales?

Camila:Muchas, Lern.

Lauren:Habla claro, Camz.

Camila:Yo sé que vuelvo siempre al mismo tema, pero en serio me hace mal. O sea, desde niña que sufro, primero la muerte de mi madre, luego que mi padre me crió como pudo, más tarde la muerte de mi padre y luego... -me quedé callada por un momento- Olvídalo.

Lauren:Luego te venden y yo te compro –susurró afligida.

Camila:No, Lern, no. Olvídalo, dije.

Lauren respiró profundo y soltó el aire de golpe. Me removí un poco, ella quitó su cabeza de la posición en la que estaba y luego se sentó derecha. Hice lo mismo, ella comenzó a jugar con nuestros dedos entrelazados.

Lauren:Te hice mucho daño, yo lo sé, Camz, pero...

Camila:No, Laur, ya pasó. Dije que lo olvides.

Nos quedamos calladas unos minutos. Ashley cada tanto miraba hacia nosotras para asegurarse de que estábamos allí y no nos íbamos. Yo o Lauren le sonreíamos y seguía jugando de lo más bien. Luego dos niños de la edad de Justin se unieron al juego y los cinco comenzaron a correr por una pequeña cancha de fútbol que había allí.

Lauren:No te hago feliz, ¿es eso?

Volteé a verla como si hubiera dicho la cosa más espantosa que en mi vida había escuchado, y casi había sido así. Ese tono de voz, esa pregunta casi afirmando cosas que no eran ciertas.

Camila:Si me haces feliz, Lern. Eres lo único que tengo, tú y los niños.

Lauren:Eso no tiene nada que ver, hasta hace poco querías el divorcio.

Camila:Ya no cuenta, ¿puedes olvidarlo?

Lauren:No, me duele pensar eso, pero no voy a olvidarlo.

Camila:Vamos, Lauren. No había pensado lo que decía, no me castigues de ese modo. Te amo y lo sabes, no volvamos a ese tema. No quiero ningún divorcio.

Lauren:¿Lo prometes?

Camila:Lo prometo.

Ni siquiera cruzamos miradas, nuevamente nos quedamos calladas. Quizá necesitábamos un poco de ayuda para aprender a llevar nuestro matrimonio. Si bien no era el peor de los matrimonios y nos llevábamos de lo mejor mientras que nos hacíamos responsables de los niños, teníamos altibajos que a veces perjudicaban el hecho de cómo nos tratábamos.

Camila:¿Lern? ¿Crees que tendríamos que ir a terapia de pareja?

Lauren:Si tú dices que lo necesitamos, yo creo que así es, ¿qué dices?