CAPÍTULO II: REINA DE LA NOCHE

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¡¿Por qué?! ¡¿Realmente hice bien al salvar los mundos?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué sin importar qué mundo sea, siempre pasan estas cosas?! ¡Mierda! ¡¿Hubiera sido mejor que todo fuese destruido?! Así nadie sufriría.

—Chico, por fin notas la verdad del universo —una voz invade su mente.

— ¿Leviatán?

—Tsk, los humanos no son muy diferentes a los demonios, ellos incluso pueden llegar a ser peores. Por desgracia te necesito para vivir, ese maldito de Yggdrasil, mierda.

—Vives dentro de mí, ¿no?

—Sí, por desgracia, pero apenas te descuides me apoderaré de tu cuerpo y tu alma, convirtiéndolas en mías —dijo en tono amenazante—. Bueno, hasta que recupere un poco de mi poder.

Luego de lo sucedido con los aldeanos, Ryu herido caminó en medio de la oscuridad de la noche, llegando a una mansión abandonada, ahora el yace en alguna habitación, recostado en la pared, desangrándose.

—Oye, Uróboros.

— ¿Eh? ¿Qué quieres chico? —respondió una voz.

—Dame poder.

— ¡¿Ah?! ¡¿Realmente eres idiota?! No sería divertido si te doy poder, bueno a la mucho curaré esa herida para que no mueras, pero recuerda, estás sólo y sólo eres mi diversión.

—Eso lo sé, lo sé muy bien.

—Perfecto.

Pronto la herida en el cuerpo de Ryu comenzó a cerrar, herida provocada por la espada de Barto.
Pero aún con la herida cerrada, el cuerpo de Ryu se sentía pesado, debido a la pérdida de sangre.

— ¡¿El anillo de Amdusias?! ¡¿Dónde está?!

Por fin Ryu notó que le hacía falta el anillo de Amdusias, probablemente lo perdió en el río, donde fue encontrado por Listy, pero sería inútil buscarlo en medio de la noche.

— ¡Mierda! ¡¿Cómo lo pude perder?!

Ryu golpea la pared con su puño, él sabía que no lo encontraría a estas horas, mínimo tendría que esperar hasta el amanecer para ir a buscarlo.
El chico cierra sus ojos y se sumerge en un sueño profundo.

Después de unas horas Ryu se despierta, ya no estaba tan cansado, y decidió recorrer la mansión en medio de la oscuridad, donde agujeros en el techo, era lo único que dejaba entrar la luz de la luna.

Él se detuvo frente a un cuadro, era una pintura de una mujer muy hermosa, aunque estaba bastante viejo y dañado por el paso del tiempo.
Con cuidado subió al segundo piso, las escaleras crujían con cada paso, pero él continuaba, había más y más cuadros de aquella mujer por todas partes.

Al llegar al final del pasillo había una puerta, tenía un símbolo grabado en ella, parecía un círculo mágico o algo similar. Ryu trató de abrirla pero estaba sellada, no podía acceder a ella.

—Uróboros, ¿sabes que hay ahí?

—Oye chico, deja de preguntarme, no soy tu guía —decía con voz de puchero—. Pero parece que sellaron a alguien o algo, debe ser peligroso.

—Voy a entrar, puede que encuentre algo interesante.

— ¿Cómo lo harás?

—Por alguna razón el sello se movió, aunque sólo a un segundo.

— ¿Qué extraño?

—Aún no creo que sea suficiente, pero lo intentaré.

Ryu golpea la puerta con su puño, con una tenue luz azul, pero su poder era tan poco, que prácticamente no hizo nada, él lo repitió una y otra vez, pero era inútil, no tenía poder para derribar el sello.

La Profecía de las Estrellas Gemelas: Buscando el Camino de RegresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora