Mi madre no es de esas personas que van directo al grano, si no de esas que evitan el tema y ponen todo tipo de pretextos.
-¿Hija del Dios de la Luz? Pff, por favor Ainhoa, ¿te has vuelto loca acaso?
-Si, eso pensé, un compañero, este que me contó sobre el señor Collings, me dijo que él ahora había hecho el juramento, que ahora él me protegería porque era una semidiosa.
Mamá se quedo callada pero angustiada.
-Pues tu amigo esta loco, por cierto, ¿ya cenaste?
-Supongo, no mamá.
Bajamos al comedor y mi mamá me sirvió la cena, sopa azteca, mi comida favorita.Recibí un mensaje de Dylan:
Mañana a las 11:00am en el parque, tenemos que hacer unas cosas.
No respondí el mensaje porque no sabía si ir o no.
Al día siguiente, me decidí por ir a ver que pasaba, solo por el hecho de que en verdad me angustiaban todas las NUEVAS cosas que me estaban sucediendo.Llegue retrasada, a las 11 y cuarto, él ya estaba ahí esperandome.
-Hola bonita.
-Hola Dylan, no me llames bonita.
-Lo siento, pero eso es lo que eres.
-Solo, no me llames así.
-Esta bien Ainhoa, ahora, ¿estás lista para tu entrenamiento?
-Que conste que solo vine porque estoy asustada con lo que esta pasando.
-Vamos Ainhoa, esto en unas semanas será de lo más normal para ti que hasta se te hará raro que no te pasen cosas así.
Desvíe la mirada y el me tiro del brazo.
-Ahora a donde me llevas Dylan.
-¿Creías que entrenariamos aquí? ¿en frente de todos? Jajaja por favor, vamos a una bodega, ahí estrenaba tu padre.
Me dio un poco de nostalgia que dijera eso, así que solo me deje llevar.Al llegar el lugar estaba súper preparado para todo tipo de entrenamiento.
Había maniquíes marcados, blancos y distintivas cosas por todo el lugar.-Okey Ainhoa, espero que estés lista, primero, tienes que concentrarte, no puedes dejar salir tu poder si no estás concentrada.
Lo miré aún sin creer una sola palabra de lo que decía. Traté de concentrarme lo más que pude, cerré los ojos y afloje mi cuerpo.
-Muy bien Ainhoa, ahora así como estás, con los ojos cerrados, levanta el brazo derecho lo más estirado que puedas con la mano empalmada.
Hice lo que dijo Dylan, y sentí un fuego que corría de mi hombro a la palma de mi mano, cuando abrí los ojos una luz salió disparada de mi mano.
No podía creer definitivamente nada de lo que estaba pasando, es decir, ¿por qué yo? ¿por qué a mi?
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Y Cuando Ya No Creía En El Amor...
Teen FictionEran dos desconocidos que ya no pensaban enamorarse, habían sufrido y jamás pudieron imaginarse que después de la tormenta siempre viene el arcoíris.