La noche en Inglaterra estaba envuelta en un manto de oscuridad, perfecto para nuestra incursión en la mansión de Dimitri Chéjov. Con meticulosidad, llevamos a cabo cada paso de nuestro plan de infiltración, siguiendo los roles que habíamos ensayado repetidamente.
El agente Reynolds y la agente Rodríguez se deslizaron silenciosamente por los pasillos, vigilando nuestras espaldas mientras avanzábamos hacia el corazón de la mansión. La tensión en el aire era palpable; Sabíamos que cada segundo contaba, y que Chéjov no era alguien a quien subestimar.
Llegamos a la sala donde se encontraba la computadora madre. Mi corazón latía con fuerza mientras me sentaba frente al teclado, listo para descifrar las rutas encriptadas que podrían cambiar el rumbo del mundo. Pero lo que no sabíamos era que Chéjov ya estaba un paso adelante.
Cuando finalmente obtuve la información codificada, la alarma sonó en toda la mansión. Luces brillantes inundaron la habitación, y el "DIABLO" apareció en el umbral, su mirada gélida y su sonrisa siniestra.
Dimitri Chéjov dijo con frialdad "Parece que mis invitados han llegado. ¿Buscaban algo, chicos?"
Antes de que pudiéramos reaccionar, la mansión se llenó de guardias armados que rodeaban la habitación. Era un enfrentamiento inminente.
Su apariencia reflejaba su aura de poder y malicia. Era alto, con una figura atlética y musculosa que imponía respeto. Su cabello oscuro y lacio caía en cascada sobre sus hombros, marcando un rostro anguloso y severo. Sus ojos eran de un azul hielo, fríos y penetrantes como un depredador que acecha en la oscuridad.
Vestido con un impecable traje negro a medida, Chéjov irradiaba autoridad y riqueza. Llevaba una expresión perpetuamente calculadora en su rostro, con una sonrisa que sugería un conocimiento profundo de los secretos oscuros del mundo. Cada gesto suyo era medido y preciso, como si fuera un rey en su propio dominio del crimen.
Ethan, por otro lado, era un contraste completo. Aunque compartía una inteligencia superdotada, su apariencia disfrazada pasaba desapercibida. Con su cabello castaño desordenado y ojos expresivos, parecía un chico común de dieciocho años. Su constitución era delgada y ágil, sin la musculatura imponente de Chéjov. Pero bajo esa apariencia modesta se escondía un espíritu valiente y una mente prodigiosa.
Mis ojos se encontraron con los suyos, y su sonrisa siniestra pareció insinuar que todo estaba bajo su control. La tensión en el aire era palpable mientras me preparaba para enfrentarlo. Sabía que esta confrontación era inevitable, y no había vuelta atrás.
Las luces brillantes de la mansión se encendieron, revelando que estábamos rodeados por sus guardias armados. La batalla estalló en un torbellino de balas y movimientos ágiles. El agente Reynolds y la agente Rodríguez luchaban con ferocidad, derribando a los guardias mientras avanzaban hacia la salida. Cada disparo era una advertencia de peligro inminente, y yo me enfrentaba al "DIABLO" en un combate de habilidades y astucia.
Mi entrenamiento y habilidades como hacker se unieron en una danza mortal. Manipulé sistemas de seguridad para distraer a Chéjov, tratando de ganar una ventaja en el enfrentamiento. Pero él no era un adversario fácil de vencer. Cada movimiento suyo era calculado y preciso, y su determinación era inquebrantable.
El agente Reynolds y el agente Rodríguez luchaban con ferocidad, derribando a los guardias mientras se abrían camino hacia la salida. Cada disparo resonaba en la mansión mientras Ethan y Chéjov se enzarzaban en un duelo de habilidades y astucia.
La destreza de Ethan como hacker se combina con su entrenamiento en combate. Utilizó el entorno a su favor, manipulando sistemas de seguridad para distraer a Chéjov y ganar ventaja. Pero el "DIABLO" no era un oponente fácil; sus reflejos eran impecables y su determinación inquebrantable.
Pero el destino tenía otros aviones. Una bala impactó en mi hombro, haciéndome tropezar y caer al suelo. Dolor y desesperación se apoderaron de mí mientras Chéjov se acercaba, su mirada fría y despiadada. Mis ojos se encontraron con los suyos, y su sonrisa siniestra pareció insinuar que todo estaba bajo su control. La tensión en el aire era palpable mientras me preparaba para enfrentarlo. Sabía que esta confrontación era inevitable, y no había vuelta atrás.
El "DIABLO" se inclinó sobre mí, su sonrisa siniestra intacta.
Dimitri Chéjov dijo con voz burlona "Parece que te he atrapado, Ethan Smith. Tu juego ha terminado."
Atrapado y herido, mi futuro era incierto mientras el "DIABLO" me tenía en su control. La misión que habíamos llevado a cabo con tanto esfuerzo pendía de un hilo, y solo el tiempo diría si lograríamos escapar de las garras de Dimitri Chéjov.
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Cautivo por La Mafia [boyxboy®] ©
Literatura FemininaEthan Smith es un chico huérfano, tímido, retraído y muy hermoso para su desgracia con 18 años de edad, tiene una capacidad superdotada que sobrepasa el nivel intelectual de una persona normal; se esconde bajo la custodia de la CÍA trabajando como h...