Cautivo por La Mafia [boyxboy®] ©

Capítulo 6

Mientras el interrogatorio se volvía cada vez más brutal, Dimitri Chéjov observaba la escena con una mezcla de admiración y frustración. La determinación de Ethan, su capacidad para resistir el dolor y el sufrimiento físico, no pasaron desapercibidos para el líder de las mafias. Chéjov era un hombre inteligente y astuto, y reconocía cuando se enfrentaba a un oponente formidable.

Dimitri Chéjov en un momento de pausa le dijo "Eres más fuerte de lo que pensé, joven Smith. Tu tenacidad es admirable, pero también es tu mayor debilidad. ¿Vas a seguir protegiendo tus secretos incluso a costa de tu propia integridad?"

Ethan, respirando con dificultad debido a los golpes y al dolor de su herida, mantuvo la mirada fija en Chéjov y finalmente habló con una voz que llevaba consigo un rastro de agotamiento, pero también de determinación.

"Nunca traicionaré a mi país ni a mi deber. Puedes hacer lo que quieras, pero no obtendrás lo que buscas de mí".

La frustración de Chéjov aumentó ante la respuesta de Ethan, pero también creció su respeto por el joven que se mantenía firme en medio de la adversidad. Sabía que estaba frente a un enemigo digno, y eso solo avivó su deseo de obtener la información que tan desesperadamente buscaba.

Dimitri Chéjov, comprendió que los golpes físicos no funcionarían con Ethan Smith. El joven hacker de la CIA demostró una determinación y resistencia que eran impresionantes. Sabía que debía cambiar de enfoque si quería obtener la información que ansiaba. Y para eso, decidió utilizar un arma mucho más sutil y peligrosa: la tortura psicológica.

Con una calma inquietante, Chéjov se inclinó hacia adelante, sus ojos fríos clavados en los de Ethan. Su voz era suave y amenazante mientras hablaba.

Dimitri Chéjov le dijo con voz serena "Ethan, mi querido invitado, creo que ha llegado el momento de hablar de tus compañeros, Rodríguez y Reynolds. ¿No te gustaría saber qué les deparará el destino mientras estás aquí, sufriendo?"

Ethan miró a Chéjov con cautela, su mente trabajando rápidamente para anticipar los movimientos del líder mafioso. Sabía que Rodríguez y Reynolds estaban en peligro, pero también sabía que revelar información podría tener consecuencias devastadoras.

Ethan Smith con determinación "No diré nada, Chéjov. Puedes hacer lo que quieras con ellos, pero no me harás hablar".

Chéjov sonriendo con malicia y avanzando, como si hubiera esperado esa respuesta. Dio una orden a su mayordomo, quien estaba presente en la sala.

Dimitri Chéjov ordeno con frialdad "Lleva a cabo el plan".

El mayordomo se acercó y salió de la sala. Mientras tanto, Chéjov continuó su interrogatorio, explorando cada recoveco de la mente de Ethan, buscando debilidades, temores o cualquier grieta en su determinación.

Ethan se mantuvo en silencio, pero la intriga se reflejó en sus ojos. Chéjov estaba jugando con sus emociones, y sabía que tenía que ser cauteloso. Mientras tanto, el destino de Rodríguez y Reynolds pendía de un hilo, y Chéjov estaba dispuesto a usarlos como fichas en su juego retorcido.

Dimitri Chéjov dijo con voz serena pero amenazante "Ethan, todos tienen un punto de quiebre, incluso los más valientes. ¿Cuánto tiempo crees que tus compañeros podrán resistir si sigues callado? ¿No sientes curiosidad por saber qué les espera?"

Ethan luchaba internamente. Sabía que la vida de Rodríguez y Reynolds estaba en peligro, y su mente se llenaba de imágenes de sufrimiento y angustia. Sin embargo, también sabía que ceder a las demandas de Chéjov podría poner en riesgo la seguridad de su país y la misión en la que había arriesgado su vida.

Ethan Smith con voz tensa le dijo "No te daré el placer de verme ceder, Chéjov. Haz lo que quieras con ellos, pero yo no traicionaré mi deber".

Chéjov suspiro, como si lamentara la falta de cooperación de Ethan. Sabía que estaba tratando con un oponente formidable, y eso solo avivaba su deseo de obtener la información que buscaba.

Mientras tanto, en algún lugar de la mansión, el mayordomo de Chéjov ejecutaba su plan. Rodríguez y Reynolds estaban en peligro, y el destino de todos ellos estaba entrelazado en un juego mortal de inteligencia y determinación. La sala de interrogatorio se convirtió en un campo de batalla de voluntades, donde las habilidades psicológicas de Chéjov chocaban con la valentía inquebrantable de Ethan.

La sala de interrogatorio se llenó de tensión mientras Dimitri Chéjov mostraba a Ethan la aterradora realidad en una pantalla de computadora. En tiempo real, pudo ver la ubicación de sus compañeros, Rodríguez y Reynolds, quienes estaban siendo apuntados por cuatro expertos francotiradores. La vida de sus amigos pendía de un hilo, y Ethan sentía la presión insoportable de tener sus vidas en sus manos.

A medida que observaba la pantalla, también podía escuchar la conversación de Rodríguez y Reynolds en ese fatídico día en que lo abandonó. Las palabras de sus compañeros resonaban en sus oídos, recordándole la traición que había experimentado y la profunda herida que aún sentía.

"No puedo creer que lo hayamos dejado atrás, Reynolds. Ethan confiaba en nosotros, y lo abandonamos en ese infierno".

"Lo sé, Rodríguez. Fue una decisión difícil, pero pensamos que era lo mejor para el equipo. No podíamos arriesgarnos por un novato".

La voz de Ethan temblaba mientras observaba la escena en la pantalla. Sentía una mezcla de ira, dolor y la desgarradora realidad de tener que elegir entre la vida de sus compañeros y la seguridad de la información que protegía.

"La decisión está en tus manos, Ethan. Puedes salvar a tus amigos revelándome la información que deseo, o puedo ordenar que los eliminen sin piedad. La elección es tuya."

Ethan luchaba internamente, enfrentándose al dilema más desgarrador de su vida. Sus compañeros habían cometido un error al abandonarlo, pero todavía eran amigos y aliados. La decisión que tomara tendría consecuencias devastadoras, y la presión era insoportable. La sala de interrogatorio se llenó de un silencio sepulcral mientras Ethan sopesaba las opciones y enfrentaba el dilema ético y emocional que se cernía sobre él.