Cap. 2

2.3K 77 5
                                    


Clare llevaba puesto el uniforme de oficial; era negro y le quedaba muy entallado que hacía notar su esbelta figura. Tenía unos botines negros impecables. Si algo resaltaba de clare era su impecable vestimenta. El color del uniforme resaltaba el color de su piel pálido, no usaba maquillaje, sin embargo tenía un rostro angelical.
Salió de inmediato a buscar a Edward y lo encontró sentado frente al computador muy entretenido, ella lo interrumpió.

-No me dijiste nada sobre el caso que están llevando, Edward. ¿se te olvido o qué? -Dijo Clare reclamando y extrañada después de abrir bruscamente la oficina del capitán Miraval.

Edward giró de un susto, había olvidado que la pequeña Thomson, como la llamaba Max, estaba de regreso y eso significaba menos tranquilidad en la comisaría.

-Si no tuvieras el rostro tan delicado, con ese uniforme podrías pasar como un muchacho Clare, ¡me asustaste! -Exclamó Edward sentado en su silla y sonriendo pícaramente a Clare- y bueno, pues no te dije nada porque Max me lo pidió. Este caso no es como para jovencitas como tú.

-No me desafíes Edward, sabes que puedo ser mucho mejor que tú y Hart juntos. Llevo en mi sangre el apellido Thomson. ¿O ya lo has olvidado? - Clare estaba un poco furiosa, no le hacía gracia que le tratarán como si fuese una niña. Edward lo sabía pero le encantaba ver enojada a aquella jovencita que por su apariencia y su manera de comportarse parecía un muchacho de 20 años.

-No lo he olvidado -sonrío Edward- y tampoco he olvidado que me debes un almuerzo, una cena y una noche. - se acercó más a Clare.

-Ehhh, que no te debo ninguna noche. - ella lo apartó y retrocedió para no chocar con el cuerpo de Edward que cada vez se acercaba más a ella- Ni lo piensas Edward, no me van los tíos como tú. Pero el almuerzo y la cena si te puedo conceder. - respondió Clare con una sonrisa de niña.

- Entonces vayamos a almorzar esta tarde, no se diga más. -dijo Miraval que tenía la mirada clavada en los ojos de clare. A él lo hipnotizaba su mirada, sus ojos eran verdes y sus cejas eran tan perfectamente pobladas que cualquiera podría hipnotizarse con su mirada. 

A clare no se les escapaba ni una, aceptó la invitación del almuerzo pero con la condición de que el capitán Miraval le informara y mantuviera al tanto de todo sobre el caso del asesinato de esa madrugada. Edward aceptó y esa misma tarde le puso al tanto de todo a la oficial Clare.

Llegaron al restaurante más cercano, y fue allí cuando Edward aprovechó para decirle que sentía mucha atracción por ella.

-Hasta me gusta tu manera de comer, eres tan perfecta Clare... -dijo cogiendo su mano encima de la mesa, esto hizo que clare se sonrojara y escupiera el bocadillo que tenía en la boca, apartando bruscamente su mano.

-Que no eres mi tipo Miraval. No me van los... -algo interrumpió a la oficial, sus ojos estaban impregnados en una persona que entraba al restaurante, Edward volteo para ver quien había llamado su atención-

-Bastante guapa ¿no? -dijo Edward observando las largas y bonitas piernas que exhibía aquella muchacha que entró al restaurante.

-Sss... Sí. -Clare se sonrojó y respondió nerviosamente agachando su mirada-

-No me digas que te van... ¡¿ERES LESBIANA?! -gritó Edward sorprendido a tal punto que aquella muchacha, que llevaba un short y una blusa que hacían notar sus bonitos pechos, volteara.

Clare se sonrojó incluso más de lo que estaba, se dio cuenta que todas las personas en el restaurante voltearon para clavar sus ojos en la oficial, incluso la atractiva muchacha que al escuchar "lesbiana" volteo de inmediato.

Ella miró a Clare sonriendo, se dio cuenta que el estúpido policía, había hecho sonrojar a la atractiva oficial.

-Mierda mierda mierda -murmuraba Clare en su asiento con la mirada en su plato. No quería alzar la mirada porque se había dado cuenta que aquella sexy muchacha se estaba acercando a su mesa.

-Mierda mierda mierda -repitió Edward, el también estaba nervioso pues le estaba haciendo pasar un momento súper incómodo a Clare. -ella está viniendo ¿no? -dijo Edward sin voltear-

Cuando Clare estuvo apunto de responder, la muchacha ya había llegado a la mesa de estos jóvenes policias.

-Hola -dijo amigablemente la muchacha de piernas sexys y bonitos pechos.- Soy Ariana. -dijo presentándose-

Clare al escuchar su voz, su corazón se aceleró a mil por hora. No levantó la mirada porque tenía miedo, pues ya antes había escuchado esa voz melodiosa...

CONTINUARÁ...

Ella es mi chica (LGTB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora