Te extraño
Quelqu’un M’aDit – Carla Bruni.
Scarlett-.
-¡Demonios Zayn baila! –grité frente a la pantalla- ¿Cómo que te da vergüenza y que no sabes? –dije incrédula.
- Hija, él no te puede escuchar –pronunció papá haciéndome enfurecer.
- ¡Pues que obedezca, no pueden sacarlo por eso! –grité enojada- ¡Ah!
…
-Dios, no lo eliminen por favor… no lo eliminen –dije mordiéndome las uñas. Cuando pronunciaron su nombre estallé en llanto. Papá me consolaba y yo estaba tirada en la sala de mi casa rogando porque él volviera y por fin estuviera conmigo. Aunque de hecho no habíamos mantenido contacto desde que se fue.
El programa casi terminaba cuando en eso, notamos que habían formado una banda. ¿Quién pensaría que de los muchos chicos que yo conocía fueran Niall, Liam, Zayn, Harry y Louis los que terminarían siendo One Direction?
…
Estaba sentada en mi balcón, tan solo recordando lo que hace más de un año había pasado aquí. Levanté la mirada y pude ver las puertas entreabiertas de su balcón. Giré el rostro hacia la derecha y al fondo aún estaba esa casita del árbol que guardó tantos de nuestros secretos. Lo admito, extrañaba muchísimo a Zayn.
Desde que se fue a la audición, ha cambiado su número de celular quince veces. En twitter por más que le diga que soy Scarlett nunca me ve. Por lo que sé y la publicidad menciona él estuvo saliendo con varias chicas, una más grande que él. No me interesa que tenga novia, pero sí que él al menos me recuerde, que él sepa que Scarlett sigue viva.
Me gustaría que por lo menos una vez él me enviara una carta o un mensaje, lo que sea con sus padres. Tal vez me enviara saludos. Pero no pasa. Siempre estoy esperanzada a alguna tarjeta con el cartero, pero ni eso.
Hoy era el día de la graduación. Mi pareja será Logan, pues su novia vive en Nueva York y pues él tiene qué terminar primero aquí. Somos buenos amigos, aunque haya pasado mucho entre los dos. Me respeta su novia y yo la respeto a ella, así que somos aliadas también.
Me miré al espejo y suspiré al ver el vestido azul marino que tenía en el cuerpo. Había una piedra en el hombro izquierdo, que corría en tiritas hacia el hombro derecho, el cual estaba descubierto. Era acinturado y largo. Tenía el cabello recogido y con un poco de fleco al frente. Mis ojos estaban maquillados de negro y tenía los labios pintados de un rojo algo tostado.
Tomé mi bolso y caminé hacia la sala, pues se suponía que Logan ya estaba allí. Como era de esperarse, bajé y él estaba allí. Con su perfecta sonrisa, sus mejillas sonrojadas, la orquídea en una mano derecha y un traje que lo hacía ver como un ángel.
-¡Que guapo estás! –dije al verlo.
-¿Guapo? –preguntó y sonrió- ¡Tan sólo mírate… estás hermosa! –dijo y besó la comisura de mis labios.
- Gracias –sonreí y él puso la orquídea en mi mano- ¿Cómo te sientes?
- Bien, algo nerviosa por todos los que irán… pero me siento bien –sonreí y él me abrazó.
- ¿Aún lo extrañas mucho cierto? –preguntó en mi oído. Se separó de mí y al verme, hizo que yo desviara la mirada.
- No sé por qué aún lo estoy esperando –susurré- en tres días me voy a Nueva York contigo.
- Es normal que lo quieras ver antes de irte del continente –respondió Logan- ¿nos vamos ya?
- Claro –sonreí. Me tomé un par de fotos con él para mis padres. Luego de verlas y tomarnos un par más. Salimos rumbo a su auto. El cual ahora era una hermosa camioneta negra.
