Escapando

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Aqui en Acevill es muy facil herir a alguien, quieras o no. La vida de todos los Norvix siempre esta en peligro, somos fichas en un juego que nunca acaba, se apuesta la vida al azar, aún la de los que te importan y no puedes sacrificarte por ellos. Por eso es mejor alejarse y evitar contacto con el mundo.

Esa noche Tooru no murio. Sabia que tenian que hacer algo, esa lagartija uso cuchillas con veneno dulce, ese veneno te hace desear la muerte por un indescriptible dolor. Pero al llegar al centro de curacion, no fui bien recivida, me lanzaron ollas y me llamaron unutil. Con suplicas y lagrimas rogé que lo atendieran.

Ese sujeto usaba ropas extrañas, no muy comunes por esta zona, también tenía una apariencia miserable y contaba con una insignia del clan enemigo, los Fárgor.

Esos eran una de las criaturas más siniestras que se podia encontrar. Si querias convertirte en un mercenario, ese era el clan indicado. Pero te volveras loco y te abandonara tu condura antes de empezar la ceremoria de sangre. Son hombres y mujeres con mente retorcida y abrumadora, justo los sujetos que no querras tener en tu contra jamás. Estan perdidos y no lo saben, viven como la mayoria de nosotros, en un engaño.

Realizan trabajos sucios, y el jefe de un pequeño grupo de Fárgors nos hizo una propuesta prometedora a mi hermano y a mí, imposible de rechazar. Si no cumpliamos el trato el comezarían un saboteo contra nuestro clan, y estabamos indefensos con bajo ataque.

Aceptamos la oferta
¿Pero porque pedirle a dos miembros del clan Norvix realizar un asesinato , siendo ellos los mercenarios?

Despues de que me golpearan e insultaran, lo entraron a la tienda a que lo curaran, finalmente sintieron pena por mí. Era lo unico en lo que era buena.
Me hecharon de la base del clan y tuve que lidiar con mis heridas y moretones yo misma.

Lejos de allí intente curar mis cotradas abiertas, con bendas que robé del campamento trataba de cubrir los raspones llenos de sangre, me era casi imposible abrirme paso por el abundante color rojo espeso. Ya estaba acostumbrada al maltrato, que me llamaran unitil , no era nuevo que me golpearan, ni que haya sido despreciada y apartada de los demás.

Estaba tranquila de que mi hermano estuviera asalvo, era lo único que importaba. Pero eso no estaba asegurado hasta que yo cumpliera la mision.

Comprendi el porque nos habian encomedado completar este objetivo. No les costaba nada hacerlo, solo querian divertirse un poco al vernos sufrir intentandolo. Como dije aqui la vida es un juego, y a los despiadados les encanta ponerte el pie para que te tropices, y cuando quieras levantarte solo te empujan e incitan a caer tan bajo como ellos.

-Yo no quiero matar a nadie.-solte miestraz las lagrimas brotaban.

Mire mi rostro en un charco y no vi nada.
-Solo soy Nadie.

Piensan que no podre hacerlo, al ser demasiado débil, pues ya me canse que solo sea una niña indefensa tras la mugre, es hora de que lo piensen dos veces.

-Lo lamentaran.

Porque las personas llegan al límite, y algo siempre se desata.

-¡Algo siempre se desata!

Huyendo del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora