☆2☆

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Oscuridad, todo rincón de aquel lugar estaba gobernado por esta, el silencio era crudo como si de un cementerio se tratase, la destrucción era evidente.

Una carcajada vil resonó a lo lejos, el ambiente se volvió mas pesado, la oscuridad se volvía absoluta...

Hasta que una pequeña luz emergió...

Estaba sola, desamparada, la luz de sus compañeros había desaparecido, al igual que la vida de ese planeta, sus ojos se cristianizaron cuando se percato de los cuerpos tendidos, en la nada, de sus compañeros, callo de rodillas apretando con fuerza aquel bastón mágico, sintiendo como su respiración se agitaba, aquella bestia había acabado con todo lo que amaba...

La carcajada vil se escuchaba cada vez más cerca, al igual que aquellos pasos pesados acompañados de ecos, estaba pérdida,  ese seria su fin, cerro sus ojos al escuchar como la criatura se detenía a su espalda, se aferro a con fuerza a su querido amigo al igual que su bastón esperando su cruel fin entre las penumbras.

Escucho claramente como el filo de aquella guadaña cortaba el aire, a gran velocidad, antes de estamparse contra su cuello.
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Se levanto con brusquedad tocando su cuello, su respiración estaba agitada, su corazón  acelerado, trago saliva intentando calmarse, aquel sueño era un vago recuerdo de su planeta, de su vida... De su mayor error.
Meneo la cabeza intentando despejar su mente, preocupando a su querido compañero, el cual la llamo con un pequeño gruñido.

—oh Céfiro—abrazo a la pequeña criatura —no te preocupes solo fue una pesadilla —intento sonreír para calmar la preocupación de su querido amigo, este solo soltó un chillido antes de lamer la mejilla de la alvina.  —venga hay que dormir mañana tenemos trabajo que hacer —se acomodo nuevamente en la cama cerrando sus ojos.

*Te ruego que no cometas el mismo error que yo... *

☆◇☆

—contarnos Hecarim ¿como se siente perder con una niña de la tierra? —se burlo la violácea cruzando las piernas.

—¡eres una vergüenza! No entiendo como el maestro no te a castigado —grito otra voz seguida de ecos, que repetían sus palabras, dándole un toque siniestro.

—silencio, —aquella voz de ultratumba resonó en todo el lugar. —esa cría terrestre no es un humano común —miro a sus aliados de forma amenazante —esta bendecida por el dragón estelar...

—¡¿es una guardiana?! —de levanto asombrada la violácea— ¡¿que acaso no habías acabado con todas ellas?!

—que fastidio —se cruzo de brazos —esas mocosas no deberían existir.

—La avatar del viento sigue con vida —murmuró el centauro, llamando la atención de todos los presentes —presencie su alma pura y poderosa...

—maestro... ¿acaso no acabó con ella? —la violácea miro a la bestia que estaba entre las penumbras.

—El dragón estelar me lo impidió —miro su guadaña recordando como casi atravesaba el cuello de la guardiana.

—maestro — Hecarim hizo una reverencia ante la criatura —permitirme regresar, le prometo que le traeré el alma de la veterana...

La sala quedó en silencio, los presentes solo miraban la criatura la cual jugaba divertido con aquella guadaña encadenada.

☆Guardianas Estelares☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora