☆Guardianas Estelares☆

☆3☆

◁La hija de las estrellas▷

La dulce melodía que se extendía a lo lejos, llamo la atención de la más joven. Lux bajo su velocidad descendiendo un poco, aquel sonido comenzaba a marearla, eso o era el simple hecho de no haber comido lo suficiente aquel día, cerro sus ojos meneando la cabeza, en un intento de despejar su mente, soltó un suspiro largo, buscando más tranquilidad.

Por otro la Janna miraba desde arriba atenta a cada movimiento de la peli-rosa, su mirada era más que serena sin preocupación, mientras que la de su peludo amigo era lo contrario, Céfiro soltó un gruñido llamando la atención de su dueña, la preocupación del pequeño animal era notoria pero Janna simplemente sonrió al escuchar como el cuerpo de Lux caía a las profundas aguas de aquel mar.

El bello canto de aquella flauta no cesaría pronto, la bella dama la cual tocaba dicho instrumento, parecía disfrutar del bello sonido, su cabello negro como el cielo nocturno se mecía con gracia al compás del viento, las estrellas caían a su alrededor, formando una bella lluvia, a su lado una pequeña espada en forma de media luna reposaba en el suelo de aquel lugar oscuro.

Sin duda esa bella dama era la hija de las estrellas.

-- Soraka - la voz que le llamaba detuvo el caer de la lluvia y sonido del instrumento. El mencionado abrió sus ojos, guardando aquella flauta entre sus ropas amarillas, tomo la espada dorada, presionando el zafiro que se encontraba en el centro de la agarradera.

-- me ha llamado mi señor - susurro por lo bajo, comenzando a andar por el lugar, escuchando claramente el murmurar de las estrellas.

--El final está cerca-los ojos de Soraka se abrieron asombrados deteniendo su andar, la voz que resonaba del otro lado del artefacto era más que familiar para la joven. - una vez más veras como otro grupo de guardianas inútiles caen muertas ante mi poder-se carcajeo soltando un pequeño aullido al final.

Soraka se quedó pasmada, soltando la espada, sus ojos estaban dilatados, su piel pálida, aquella voz, esa maldita voz era una clara llamada de guerra, trago saliva arrodillándose por un momento, los sobresalto de las estrellas la agobiaban, ella misma sabia lo que significaba aquella llamada, junto sus manos bajando la mirada, las lágrimas comenzaron a caer con lentitud.

--Mi señor... --musito entre sollozos-le ruego que las protejas, de aquel hombre malvado...--mordió su labio, al escuchar el gritar de las estrellas, su final era el comienzo de aquella casería...

Los ojos de Lux se abrieron con lentitud al sentir las caricias pausadas de su compañera, ambas se miraron por un momento, contestando cada duda que tenían, Janna complacida se alejó lo suficiente para que la rubia se incorporara.

--nos tenías preocupados-desvió la mirada señalando a su peludo amigo - llevas sin responder unas cuantas horas, y ya a anochecido-informo levantándose. Lux la siguió levantándose, pero un mareo le hizo caer nuevamente asustando a la alvina. --¿pasa algo?-espero respuesta, la menor agarro su cabeza, cerrando nuevamente sus ojos.

--es... solo que-mordió su labio molesta al no poder expresar lo que sentía -el tocar de aquel instrumento... se detuvo...

Esas palabras fueron más que suficientes para que la expresión de Janna cambiara por completo, a una de terror absoluto, Lux la miro aterrada.

--¿ella... a... dejado de... tocar?-musito confundiendo a la rubia-Soraka... ella... -- mordió su labio cayendo de rodillas.

Lux confundido se acercó a la mayor tomándola por los hombros.

--¿Superior Janna que pasa? -exigió una explicación. -todo esto es nuevo para mí... Quiero ayudarte ¿pero no sé cómo? -lloriqueo desesperada.