☆12☆

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El eco de los pasos resonó en sus oidos, se giro despacio antes de encarar a su aliado, el sujeto extendió un pequeño saco de color claro, manchado de carmi, y lo lanzo a pies de la de piel azul. Evelyn sonrio de lado, camino de forma lenta y tomo el saco.

—Lo lograste —murmuró imprecionada, sacando lo que poseía. —¡el corazón de un celestial! —grito admirando el órgano palpitante, su plan improvisado estaba funcionando, ahora solo tenia que llamar a "ellos"...

La criatusa salió del lugar a paso lento, y Evenly se quedo ahi varada en las ruinas de aquel templo, admirando cual niña pequeña un juguete nuevo.
Tomo la daga de color oscuro, y poso el órgano  en el suelo, donde habia unas pequeñas figuras que representaban a Soraka, levanto la daga en alto con su diestra y sonrió cual psicópata. Apreto la base y dispuesta a perforar el corazon de tono dorado bajo su mano con velocidad...

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Lux abrio sus ojos de golpe, toco su pecho desesperada como si buscara algo, su broche no estaba y el lugar en donde ella descansaba era completamente diferente.
Intento levantarse pero las fuerzas le fallaron ocasionando que callera de bruces al suelo.

Suspiro e intentó relajarce, abrio su boca, pero ni un sonido salio de ella. Miro molesta a su alrededor, hasta dar con una puerta, con esfuerzo y apoyándose de la pared comenzó a avanzar, acercándose a la salida.
Tomo el pomo con cuidado y lo giro, abriendo la puerta, se sostuvo con fuerza mirando a su alrededor, inspeccionando el lugar, estaba a punto de tomar el barandal de las escaleras para bajarlas, pero una terrible punzada la detuvo, Luxiana llevo sus manos a su pecho asustada, perdio el equilibrio y callo rodando por las escaleras, hasta detenerse en la calle.

—D..Du..ele—mascullo entre quejidos, sintiendo como un sabor metalico escurría por la comisura de sus labios.

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Su cara se mancho de carmín cuando la daga perforó el corazon, su sonriza se ensancho más, repitio el mismo acto entre risas perforando el organo más de tres veces.
Volvió a levantar la daga dispuesta a darle fin, pero sus manos no bajaron.

Sus ojos se tornaron blancos y su piel palideció, callo de cara al suelo manchandose de sangre, y de sus labios broto su ultimo aliento.

—¡Los traidores como tu, no merecen un triunfo! Es hora de tu sentencia —musitó entre ecos levantando el cuerpo sin vida —me serviras a mi y me ayudara a acabar con esas estupidas niñas, asi lo decreta el.

Y sin más ambas abandonaron las ruinas, dejando atrás aquel corazon, aquella daga y al sujeto que las miraba marcharce en la oscuridad.

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Su respiración comenzaba a ser más lenta, sus ojos estaban dilatados y sus labios temblaban, los sonidos que emitía eran roncos, su piel palida se asemejaba al papel, estaba muriendo y ni señales de sus aliados.

Luchaba por aferrarse a la vida, por seguir consiente ante el dolor y sufrimiento, tenia tantas dudas que queria resolver, ella queria seguir luchando, tomo una bocada de aire y con fuerza grito, un grito tan desgarrador que lastimo su garganta.

—¡¡¡¡¡¡JANNAAAAA!!!!!!—fue el primer nombre que aperecio en su mente, sus ojos lagrimiaron y su respiracion comenzaba a detenerse, su corazón palpitaba despacio, parpadeo un par de veces, contemplándo recuerdos.  Una sombra a su diestra llamo su atencion, desviando la mirada hacia el ser.

—muchos ya ubieran renunciado en tu situación... ¿por que te aferras? —la dama encapuchada se coloco en cuclillas mirando a la de cabellera rubia, —tu lazo es fuerte con ella, por eso estas sufriendo tanto... Puedo cortarlo, pero igual no sobrevivirás todavia tu broche no se a fundido —musito mostrando el objeto dorado.

☆Guardianas Estelares☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora