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Hoy fue un día fatal, como todos los días.

Cuando estaba en el sanitario de la secundaria, entran tres chicos y me piden la tarea de literatura, ya que iban en el mismo grupo que yo, y como es de costumbre seguro no la habían hecho, como me resistía a darles la tarea, y lo único que hacen es comenzar a golpearme, una y otra vez. Hasta dejarme en el suelo, ya casi sin poder levantarme.

Logró levantarme, me lavo el rostro, y salgo del sanitario, un poco adolorido y caminando lentamente. Logró llegar a la clase de literatura que era la que teníamos a primera hora, entra la maestra, y lo primero que hace es pedirnos la tarea que nos había dejado la clase pasada.

Al primero que llamo fue a mi, no sabía que le iba a decir, esos malditos me habían la tarea, que tanto me había costado hacerlo.

-No la hice maestra, lo siento - fue lo único que pude responder.

No me dijo nada más, y siguió llamando lista para que los demás presenten sus trabajos. No pude concentrarme en toda la clase, hasta que lo único que pude escuchar fue la campanilla de cambio de materia. Cuando estaba por salir del salón, la maestra me sostiene del brazo.

-Te encuentras bien? - me pregunta la maestra.

-No, no me pasa nada maestra, ¿Porque lo pregunta? - digo un poco incómodo.

-Sólo me pareció bastante extraño, que a ti que tanto te gusta escribir historias, no hayas presentado tu tarea - me dice la maestra con un tono preocupante.

-Sólo me la había olvidado, sólo fue eso - fue lo único que le respondí, no le iba a decir que unos chicos me golpearon y me sacaron la tarea, eso sólo traería más problemas.

-¿Seguro que fue sólo eso? -Vuelve a preguntar.

-Si maestra, fue sólo eso - respondí y salí sin esperar respuesta del salón para dirigirme a la clase de matemáticas.

Cuando estaba por entrar a el siguiente salón. Alguien me jala del brazo, era uno de los chicos los cuales me había golpeado hace cuestión de horas.

-Más te vale, que no le hayas dicho nada a la maestra - me dice en un tono amenazante

Intentaba safarme de su agarre, pero no podía, el tenia mucha más fuerza que yo.

Luego de tanto intento me soltó, y pude entrar al salón de clases.

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Llego a casa, como era costumbre mis padres estaban trabajando, así que subo a mi habitación, y lo único que pude hacer el entrar fue cerrar esa puerte, tirarme al piso y llorar, me sentía tan mal conmigo mismo.

¿Acaso está mal querer ser feliz con su cuerpo?

¿Acaso está mal ser un niño y sentirse y querer ser una niña?

Sentía su iba a explotar, por mis mejillas pasaban lágrimas una tras otra.

Me levanté, me seque las lágrimas, me cambie dando la espalda al espejo que se encuentra enfrente mío, ya que no podía mirarme a mi mismo, me sentía falta, mirarme al espejo y ver a un niño, cuando en realidad quien yo me sentía, o más bien  sabía que era, era una niña.

Agarró mi móvil, y llamo a la única persona con la que puedo hablar de este tema.

- En diez estoy ahí - me responde mi amiga.

Y fue así, en diez minutos ella se encontraba conmigo, abrazandome, porque era lo único que necesitaba, necesitaba un abrazo, necesitaba saber que contaba con alguien en estos momentos.

Pero lo que más sabía que necesitaba era tomar una desicion y lo tenía que hacer ya. Se lo tenía que decir a mis padres, no iba a esperar más tiempo, estaba decidido.

Que No Soy Un Niño!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora