One Shots (Futbolistas)

Bailando Sola {Rafinha Alcántara}

Antes de empezar, quiero aclarar que este one shot es un poco diferente a lo que acostumbro a subir, pero igualmente me gustaría probar un poco con este estilo. Espero les guste, :D.

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Alguien me dijo que tenías una nueva amiga, ¿te quiere ella más que yo?

 —Tal vez tenía algo mejor que hacer, probablemente un compromiso importante. 

—Briana, no puedes ser tan ciega. —Suspiré y luego miré a mi mejor amiga de mala manera.    

—¿Por qué piensas siempre lo peor de Rafa? —Ella tecleó algo en su teléfono, para luego extendérmelo con su frente arrugada. 

—¿Quieres que te lo diga personalmente su amiga? —Dijo en un tono burlón. 

Al bajar la mirada, pude encontrarme con la sonrisa de Rafa en la pantalla. Su piel morena resaltaba con la luz del sol, mientras en sus lentes oscuros se reflejaba la traviesa sonrisa de la esbelta rubia peligrosamente cerca de él.

Había subido esa foto a instagram hacía unas pocas horas, no tenía nada en la descripción, sólo miles de likes y comentarios. Claramente me había plantado para estar con ella. 

   Hay un gran cielo negro encima de mi ciudad.

—Joder. —Me quejé mientras corría a buscar un lugar donde cubrirme de la lluvia en lo que la gente seguía entrando.

Barcelona estaba especialmente lluvioso ese día, el cielo era de tonos grisáceos y hacía un frío de muerte. Sin embargo, había tomado un taxi y corrido al Camp Nou, sólo para ver el partido en el que Rafa sería titular.   

  Sé dónde estás, apuesto a que ella está cerca.  

—¡Vamos, Rafa! ¡Rafa! —Callé unos cortos segundos— ¡Si! —Salté en mi sitio y aplaudí el increíble gol que había anotado el número 12 del Barcelona. 

La sonrisa en su rostro era todo un espectáculo, inclusive más que aquella anotación. Juré que sus ojos brillaban más que cualquier cosa en el mundo. 

Amaba la pasión que ponía cada que salía a la cancha, lo admiraba. Admiraba su tenacidad.

No obstante, la alegría que inundó mi corazón duró poco. Exactamente el mismo tiempo que él se tomó para llegar al otro lado de la cancha, y hacer un corazón con sus manos y señalar a la tribuna. 

Justo en el lugar donde una eufórica rubia le lanzaba besos.  

Una rubia demasiado conocida para mi. 

  Si, sé que es una tontería, pero tengo que verlo yo misma. 

—Um... Creo que vamos a ir a los vestidores, y no sé si tu... Um... ¿Quisieras venir? Digo, si no quieres está bien...—Coral, la novia de Sergi, sonrió incómoda hacia mi.

—No, yo voy con ustedes, no te preocupes. —Sonreí con los labios apretados, tratando de ocultar las lágrimas picando en las esquinas de mis ojos.