Nirvana.

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Todo era hermoso, el prado se combinaba con la bella cascada y las flores hacían conjunto con los colores abundantes de la tierra. Sentía una paz que jamás imagine, vestida con un traje blanco de la misma suavidad de las nubes. Mi cabello caía como una cascada negra hasta las caderas. Ya no era tan corto como cuando estaba en la tierra. Al fin tendría paz. ¿Pero en que cielo estaría? ¿En el paraíso del pasado o en el del presente no lo sabía? Y esa interrogante fue contestada cuando vi Trunks caminando hacia a mi. Cuando se paro al frente mío puso sus manos en mi rostro algo dolido. Sin dejar esa sonrisa amable.

— Milk — solo dijo... como si hace mucho tiempo no hubiera mencionado mi nombre. Yo solo me limite a suspirar.

No dije nada... ya los reproches o el odio no servían en ese lugar. No valía la pena gastar palabras cuando ya las cosas habían llegado a su fin. El dolor, la soledad y el sufrimiento. Una parte de mi corazón siempre le había pertenecido a Goku, pero la otra mitad que era mucho mas grande la había ganado un niño con alma de hombre. Estaba segura que el entendía y sabia. Después de todo ahora Goku era un Kaio.

—Ya perdonaste a Goku —pregunto abrazándome.

— Si — confirme muy calmada, viendo a Trunks.

— Estas tan quieta... tan pasiva... es como si no fueras tú — comentó Trunks sorprendido.

— Ya no importa la pena si ya encontré paz — dije besando sus labios con suavidad.

— Lo se... pero tenemos que volver a nuestro tiempo —me recordó Trunks preocupado.

— Estaba buscando a Gohan con la mirada pero recordé que aquí no esta muerto —suspire aliviada.

Trunks sonrió aun sin soltarme.

—Conociendo a mi madre no descansará en buscar las esferas para revivirnos y menos Goku. ¿Por qué cometiste semejante barbaridad? — pregunto con molestia.

— Ya era hora que cambiará el curso de la historia. Además ¿Qué soy yo? Solo una persona que viene y va — comente con amargura.

— No es así... eres importante. Todos lo somos — dijo Trunks oliendo mi cabello.

— Pensé que iría al infierno — dije mirando el lugar.

— Con semejante sacrificio... no lo creo —apunto tan tierno tomando mis manos para besarlas —. Ven miremos el cielo para darle tiempo a los guerreros en buscar las esferas. Pero con la habilidad de Goku se tardará poco tiempo estoy seguro — dijo acostándose en la grama suspirando con mucha tranquilidad, yo por otro lado lo imite.

— Desesperado como siempre.

— No debiste morir — dijo duramente Trunks aun sin mirarme.

— Si tu mueres... yo también — dije sin mirarlo, acostada de la misma manera los dos con paz... sin asustarnos del ruido y la ruina de la noche. Abrazando la calidez del sol y la brisa del majestuoso lugar. Tomando mi mano fuertemente aun sin mirarme con esos ojos que jamás tuvieron niñez por culpa de la sangre, la muerte y la pérdida.

— Te amo...— dijo con voz firme haciéndome temblar.

Respire cerrando mis ojos, sintiendo como me desvanecía junto con el.

— Yo igual Trunks — conteste... viendo como se desaparecía el cielo, las plantas dejando la paz en ese lugar para volver de nuevo los dos a la cruel realidad. Saliendo de las puertas del nirvana.

El ultimo guerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora