Paz.

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Trunks

La despedida fue difícil. Creo que mas para Milk que para mi. Abrazando a su hijo mientras yo preparaba todo con mi madre. Mi padre no se despidió de ella, no era su estilo pero supe en su mirada que le dolió de igual manera. Incluso cuando me miro. Goku parecía tranquilo admirando como su esposa no dejaba de abrazar a su hijo con devoción. Pidiéndome que la cuidara en todo momento. Subiendo a la maquina para regresar a nuestra mundo lleno de caos y nuestras vidas.

El viaje se nos hizo largo. Pero Milk no me soltaba aun de la mano. En mi mente navegaba la duda de si realmente me amaba igual o incluso mas que a su Goku. Pero mis temores a esa contestación me hacían desear no saber. Lo único de lo que estaba seguro es que ya no me veía como un niño y eso me daba tranquilidad.

Cuando llegamos todo estaba igual, pero los androides nos esperaban. Ya no sentíamos temor cuando estábamos cerca. Todo lo contrario. Ellos no sabían de nuestro entrenamiento ni nuevo nivel de pelea. Y después de morir sabíamos que la muerte no era tan mala como esa maldita realidad. Luchamos hasta que el viento se puso helado y la lluvia y el trueno se hicieron presentes. Elevando nuestra energía a nuestra máxima capacidad, tanto en el aire como en la tierra. Combinando nuestras técnicas con esperanza y sin temor. Quitándole el aliento a esos malditos y la vida como ellos hicieron con nosotros. Despedazándolos hasta que no quedo nada de ellos, sin piedad ni lastima. Empapados de la lluvia y el barro del suelo que se combinaba con la sangre de nuestras heridas.

Miré a Milk que estaba un poco alejada de mi. Agitada sin apartarle la mirada de los cuerpos de los androides. Admirando su ferocidad y su belleza, jurando amarla siempre. Sintiendo como los rayos del sol salían del cielo. Parando la lluvia.

Milk.

Llego la paz después de tanto tiempo. Ya los refugiados no tenían que estar escondidos. Ya nadie lo tenía que estar. Subiendo a la nave de Trunks para ir a ver a Bulma, que nos recibió con un fuerte abrazo. Cuando le dijimos de el fin de los androides casi se desmayo. Como si acabáramos de quitarle tantos años de encima que hasta rejuveneció. Preguntándonos muchas veces de cómo estaba Vegeta.

Temí contarle de Trunks y yo pero estaba segura que sabia. La manera en la que su hijo me miraba no era común. Ella lo conocía completamente, después de todo era su madre.

Sabíamos que restaurar todo desde el principio no seria facil. La humanidad estaba escasa y la herida ni solo en sus corazones si no también en sus cuerpos era mayor. En un abrir y serrar de ojos se no había arrebatado todo. Confiar en la paz fue algo que nos tomo tiempo en aceptar. Incluso para mi y Trunks.

Pasaron los meses y no nos acostumbrábamos a dormir tranquilos. Arreglando un poco mi casa que ya era la casa de Trunks también. Saliendo a trabajar la tierra como todas las mañanas cuando estaba casada con Goku. Mientras Trunks me miraba desde la puerta sin perderse ni un movimiento mío. Cuando regrese con la canasta me ruborice. Poniéndola sobre la mesa para acomodar y lavar los vegetales.

Trunks se acercó a mi y me tomo de la mano. Mirando esos ojos azules raros que jamás fueron de niño. Sin poder quitarle la mirada de la suya.

—Gracias por permitirme quedarme contigo — dijo enterneciéndome el alma.

— Gracias a ti por salvarme — le dije con lagrimas en los ojos. Besándolo segura que estaría sonrojado por mi impetuosidad. Correspondiéndome el beso con esa pasión digna de su padre.

No sabía si lo que hacia estaba mal. Pero no me importaba, por que mientras me trataba de ahogar en penas y alcohol a una muerte segura, Trunks me salvo y me dio un futuro. Siendo desde siempre mi ultimo guerrero. 

FIN

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2017 ⏰

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